Carnaval de Tambobamba
Carnaval de Tambobamba
martes, 28 de diciembre de 2010
Campaña naval de la Guerra del Pacífico
La Escuadra chilena compuesta por los blindados "Blanco" y "Cochrane" , las corbetas "Esmeralda", "O'Higgins", "Chacabuco" y "Abtao", la cañonera "Magallanes" , la goleta "Covadonga" , el transporte "Lamar" y el vapor "Matías Cousiño", se encontraban manteniendo el bloqueo de Iquique desde el 5 de abril de 1879, con la intención de obligar a la escuadra peruana de hacerse presente para romperlo y disputar el dominio del mar, lo que no se cumplió por tener los peruanos otros planes estratégicos.
El 16 de mayo, el Comandante en Jefe de la Escuadra, Almirante Juan Williams Rebolledo, ante la ausencia de la escuadra peruana decidió atacarla en el puerto de El Callao, zarpando con todos los buques disponibles, a excepción de la corbeta "Esmeralda", la goleta "Covadonga" y el transporte "Lamar". Dejó como Jefe de Bahía, vale decir como jefe de la agrupación, al Comandante Prat.
Entretanto, en el Perú la opinión pública exigía una acción de su escuadra para vengar el agravio del bloqueo de Iquique.
El Presidente peruano General Mariano Ignacio Prado celebró varias reuniones en el Palacio de Gobierno para decidir las acciones futuras. La decisión fue zarpar con la escuadra a Arica a reforzar la guarnición y llevar cañones, municiones y víveres para el ejército de Tarapacá, lo que se llevó a cabo el 16 de mayo, el mismo día que la Escuadra chilena zarpaba al El Callao.
Ambas escuadras se cruzaron en altamar sin avistar a la otra.
Llegados los buques peruanos a Arica, el General Prado se impuso que en Iquique se encontraban solas las tres naves chilenas y que un convoy con 2.500 hombres había zarpado de Valparaíso con destino a Antofagasta.
De inmediato dispuso el zarpe del monitor "Huáscar" y la fragata blindada "Independencia", al mando de los Capitanes de Navío Miguel Grau Seminario y Juan Guillermo Moore, respectivamente, para destruir a los buques chilenos en Iquique, posteriormente atacar al convoy proveniente de Valparaíso y destruir la máquina resacadora de agua de Antofagasta, para privar de ese elemento vital, a las tropas chilenas acantonadas allí.
El día miércoles 21 de mayo de 1879, el bloqueo se mantenía como de costumbre. Ambos buques a la entrada de la bahía, fuera del puerto, uno cerca de una milla y media al norte del faro de la Isla de Iquique (Posteriormente llamada Isla Serrano y hoy unida a tierra) y el otro, un poco más alejado en dirección similar. El transporte "Lamar" se hallaba fondeado en la rada cerca de la isla.
Esa mañana le tocaba a la goleta "Covadonga" patrullar el exterior de la bahía. Cubrían la guardia el Teniente Manuel Joaquín Orella Echanez y el Guardiamarina Miguel S. Sanz. Al alba, el horizonte estaba cubierto por una espesa neblina que empezó a disiparse cuando aparecieron los primeros rayos del sol.
A las seis horas y treinta minutos el vigía de la cofa gritó: "Humos al norte!".
De inmediato se mandó a avisar al Comandante, Capitán de Corbeta Carlos Condell de la Haza, quien dormía en su camarote. Este subió a cubierta y comenzó a escudriñar el horizonte para al final reconocer que ambos buques eran el monitor "Huáscar" y la fragata blindada "Independencia".
Inmediatamente izó la señal "enemigo a la vista" y lo afirmó con un cañonazo para advertir a la "Esmeralda".
En ese buque estaba de guardia el Teniente 1o. Luis Uribe Orrego, quien dispuso que se le avisara a su Comandante Arturo Prat Chacón. Subido a cubierta, éste ordenó levar el anclote, tocar "generala" y acercarse a la "Covadonga" para conferenciar.
Como si el destino quisiera dejar imborrablemente marcado este día para las Glorias de Chile, en la rada de Iquique se reunieron cinco buques adversarios con cuyas iniciales se formó la palabra CHILE: "Covadonga", "Huáscar", "Independencia", "Lamar" y "Esmeralda".
En el monitor "Huáscar" al avistarse los buques chilenos, se izó una gran bandera de combate, lo que se imitó en la "Independencia". El Comandante Grau reunió su gente y los arengó:
"Tripulantes del "Huáscar": ha llegado la hora de castigar al enemigo de la Patria y espero que lo sabréis hacer cosechando nuevos laureles y nuevas glorias dignas de brillar al lado de Junín, Ayacucho, Abtao y 2 de Mayo. Viva el Perú!".
La población de Iquique despertada por el cañonazo de aviso de la "Covadonga", presa de la mayor euforia corría por la playa para presenciar la captura de los buques chilenos.
Se echaron al vuelo las campanas en señal de regocijo y las multitudes se paseaban por las calles gritando "Viva el Perú! ahora sí!, ahora sí!" y cada cual se apresuraba en ganar el mejor lugar para presenciar el acontecimiento.
Prat rápidamente se vistió para el combate, ciñiéndose la espada al cinto y subiendo a cubierta ordenando al Contador Juan Oscar Goñi que arrojara al mar, en un saco, la correspondencia para la Escuadra, para asegurar que no cayera en manos enemigas.
Ordenó izar las señales "reforzar las cargas", "venir al habla" y "seguir mis aguas".
Mientras la "Esmeralda" viraba hacia tierra, Prat ordenó tocar "atención" y arengó a su tripulación
Los buques chilenos concentraron su fuegos sobre el monitor "Huáscar", sin causarle daño, al rebotar los proyectiles en la coraza del buque peruano.
La "Independencia" disparaba sin causar ningún daño.
Los movimientos efectuados por la "Esmeralda" hicieron que se reventaran sus calderas y por lo que el buque quedó con un andar reducido a poco más de dos nudos.
Considerando lo anterior, Prat puso su buque cerca de la playa, de manera que los disparos del "Huáscar" pusieran en peligro a la población, lo que obligaría al monitor a disparar con cuidado y por elevación, dificultando su puntería.
Había pasado más de una hora de combate y los buques no presentaban daños considerables. La "Independencia" abandonó su lugar y se dirigió a presentar combate a la goleta "Covadonga", la que empezó a navegar hacia el sur.
Un proyectil del monitor, la atravesó destrozando la base del palo trinquete e hiriendo fatalmente al cirujano Pedro Segundo Regalado Videla Ordenes y matando instantáneamente al mozo Felipe Ojeda.
Observado desde tierra el movimiento de Condell, el General Juan Buendía, autoridad militar peruana del puerto, dispuso que lanchas con tropas de fusileros hicieran fuego sobre la goleta, la que abandonó el puerto sin mayores consecuencias.
En este momento el combate se divide en dos: uno entre el "Huáscar" y la "Esmeralda" y el otro entre la "Independencia" y la "Covadonga".Relataremos el primero y el segundo se encuentra en el Combate Naval de Punta Gruesa, descrito aparte.
Los buques en combate eran:
"Huáscar", monitor blindado construido en 1865, de 1.130 toneladas (Old Rule), máquinas de 1.200 HP., andar de 12 nudos, con dos cañones de diez pulgadas (254 mm.) que disparaban proyectiles de 300 libras (136 kilos), montados en una torre giratoria que le permitía apuntar sus cañones sin tener que maniobrar con el buque, tal como lo hacían los buques chilenos. Además, tenía dos cañones de 40 libras (18,14 kilos), un cañón de 12 libras (5,4 kilos) y una ametralladora Gatling de 0.44" instalados en cubierta. Su blindaje era de 4,5 pulgadas (114,3 mm.) en la línea de flotación y 5,5 pulgadas (140 mm.) en la torre de artillería.
"Esmeralda", construida en 1854, de 850 toneladas, máquinas de 200 HP., andar de 3 nudos en ese momento, de casco de madera, con 12 cañones de 40 libras (proyectil de 18,14 kilos), 4 de 32 y 2 de 6 libras, toda de ánima rayada.
Cuando el "Huáscar" había estrechado su distancia a la "Esmeralda" a 600 metros, se acercó un bote al primero, en el cual iban el Capitán de Puerto, Capitán de Corbeta, Salomé Porras y el Práctico Guillermo Checley, quienes informaron a Grau que la "Esmeralda" estaba protegida por una línea de torpedos, lo que indujo a Grau a mantenerse a una distancia de 500 metros.
Pasada cerca de una hora y media, la "Esmeralda" aún no había sido impactada por algún proyectil del "Huáscar", pués por la forma de disparar por elevación, los tiros caían en la playa.
Por su parte los disparos de la "Esmeralda", a pesar de hacer impacto en el monitor, sin embargo, rebotaban en su coraza.
A pesar de lo anterior, el entusiasmo y fervor patriótico no decaía en la "Esmeralda".
Los Guardiamarinas Arturo Wilson Navarrete, Arturo Fernández Vial y Ernesto Riquelme Venegas cumplían las órdenes de su comandante, ya sea como ayudantes o bien reemplazando eventualmente a los Cabos de cañón, donde además alentaban a la tripulación.
El Teniente Ignacio Serrano Montaner dirigía los cañones de babor que enfrentaban al "Huáscar" y el Teniente Francisco Segundo Sánchez Alvaradejo contestaba por estribor los disparos que le hacían desde tierra.
El Corneta y Tambor Gaspar Cabrales tocaba sin cesar, "al ataque".
La "Esmeralda" lucía engalanada como para una fiesta. Tenía izadas la bandera de Jefe de Bahía en el tope del palo mesana, la de buque de guardia en el palo trinquete, el gallardete de mando en el tope del palo mayor y por precaución, dos banderas chilenas en el pico del palo mesana, por si cortaba la driza por el impacto de algún proyectil y esto se pudiera interpretar como que el buque se rendía.
Eran cerca de las diez de la mañana y la corbeta no cesaba en combatir. A medida que la resistencia se hacía más tenaz, la opinión de los espectadores en tierra iba cambiando; el entusiasmo y alegría del primer momento se había trocado en sorpresa, asombro y admiración.
El General Juan Buendía hizo traer a la playa cuatro cañones Krupp de campaña, que instaló en un morrito que enfrentaba a la "Esmeralda" para cañonearla desde tierra, cruzando sus fuegos con los del "Huáscar".
Lo que no pudo hacer el "Huáscar", lo comenzaron a hacer los cañones de tierra.
Una granada mató a tres hombres e hirió a otros tres.
La situación se tornó insostenible y Prat resolvió ubicarse en otro lugar de la bahía, lo que efectuó con mucha dificultad, porque sus máquinas no respondían.
Una granada del "Huáscar" penetró por el costado de babor haciendo explosión, cerca de la línea de agua y provocando un incendio.
Grau observando el movimiento de la "Esmeralda", concluyó que la información dada por el Capitán Porras era equivocada y que podría acercarse más al buque adversario, sin el peligro de la línea de torpedos.
Enfiló, pues su buque hacia la "Esmeralda" y dando toda fuerza a sus máquinas, se lanzó sobre ella para espolonearla por babor.
Prat al notar la intención de su enemigo, trató de esquivarlo maniobrando con el poco poder de máquinas disponible, logrando parcialmente su objetivo al recibir de refilón la embestida, a la altura del palo mesana, sin ocasionar daños en su casco.
Sin embargo, al chocar ambos buques el monitor "Huáscar" disparó sus cañones de diez pulgadas a quemarropa, produciendo una matanza espantosa de la gente que se encontraba en la cubierta de la corbeta.
No hay datos fidedignos; pero puede afirmarse que quedaron despedazados entre cuarenta y cincuenta marineros y soldados, tomando la cubierta el aspecto de un matadero, pues miembros destrozados, brazos y piernas esparcidos y cuerpos aún palpitantes, yacían sobre ella.
El espolonazo del "Huáscar", a su vez, fue recibido con una tremenda descarga de las baterías de la "Esmeralda" y fuego de fusilería desde todos lo lugares del buque, lo que sin embargo no causó mayor daño en el monitor.
El Comandante Prat al ver a sus pies la cubierta del monitor gritó: "Al abordaje muchachos!", lo que sólo fue oído en medio del estruendo, por el Sargento Juan de Dios Aldea Fonseca y el marinero Luis Ugarte, que lo acompañaron en su salto a la cubierta del buque enemigo.
El Corneta Gaspar Cabrales que tocaba "al ataque", fue acribillado por la metralla enemiga.
El Comandante Grau retiró su buque con extraordinaria rapidez, no dando oportunidad para que el resto de la tripulación siguiera a su Comandante.
El Sargento Aldea cayó acribillado por las balas disparadas desde las troneras blindadas y el marinero Ugarte cayó al agua, siendo recogido en la "Esmeralda".
Arturo Prat alcanzó a llegar cerca de la torre blindada de mando, donde fue alcanzado con una bala que lo puso de rodillas. Un marinero salió a cubierta, disparándole un balazo en la frente que le produjo la muerte instantánea.
A bordo de la "Esmeralda", la muerte de su Comandante produjo un sentimiento de venganza y de dolor, que reforzó la convicción colectiva de no rendirse.
El Corneta y Tambor Gaspar Cabrales murió casi al mismo tiempo que su Comandante. El Cabo Crispín Reyes, al ver que el Corneta Cabrales había sucumbido, tomó el instrumento y siguió tocando"al ataque", hasta que una granada le voló la cabeza. Entonces tomó la corneta el Grumete Pantaleón Cortés, quien continuó tocando hasta que el buque se hundió.
Tomó el mando el Teniente 1o. Luis Uribe Orrego, quien pudo presenciar desde toldilla los terribles estragos producidos por el "Huáscar": la cubierta sembrada de cadáveres y miembros humanos dispersos y por doquier ayes de agonía mezclados con las interjecciones de los que aún luchaban.
Retirado el "Huáscar", sobrevino una relativa calma. El Comandante Grau quiso dar tiempo para que sus adversarios se rindieran.
En la "Esmeralda", Uribe llamó a reunión de oficiales decidiendo combatir hasta las últimas consecuencias.
Es en este intertanto que el resto de la tripulación vio que un hombre subía al palo mesana -lo que podría significar - que los oficiales hubieran decidido rendirse, sin cumplir lo prometido por su Comandante. Grandes vivas a Chile resonaron en la bahía cuando el hombre empezó a clavar las drizas de las banderas, pues significaba que se lucharía hasta la muerte.
Grau al ver que la tregua no daba resultado, decidió espolonear nuevamente a la "Esmeralda", lanzándose a toda velocidad sobre ella, ahora por el costado de estribor. Uribe trató de maniobrar igual que Prat y logró presentar su costado en forma oblicua al espolón del monitor "Huáscar", pero esta vez se abrió una vía de agua, ingresando a raudales a la santabárbara y a las máquinas. El buque quedó sin gobierno y sin más municiones que las que había en cubierta.
Nuevamente los cañones del "Huáscar" disparados a tan corta distancia destrozaron a la tercera parte de la tripulación sobreviviente. Un cañonazo voló en pedazos a los ingenieros y fogoneros que salían a cubierta y otro arrasó la cámara de oficiales, convertida en enfermería.
La corneta seguía tocando su llamada bélica en aquel sepulcro flotante, para indicar que el buque no se rendía.
El Teniente Ignacio Serrano Montaner en el momento que los dos buques se encontraban juntos, saltó al abordaje seguido de doce marineros que llevando rifles y machetes cayeron sobre la cubierta del monitor, donde los recibió una lluvia de balas, que se le disparaba desde la torre de mando y parapetos blindados.
Luego un destacamento de unos cuarenta tiradores subió a cubierta y acabó con Serrano y su gente, algunos de los cuales, ya sin municiones o heridos, escaparon echándose al agua y subiéndose a la "Esmeralda" por cabos lanzados desde abordo.
La "Esmeralda" se encontraba detenida en medio de la bahía, hundiéndose lentamente.
Pasaron alrededor de veinte minutos cuando el monitor "Huáscar" nuevamente se precipitó sobre la corbeta "Esmeralda".
Esta vez el espolón se clavó en el medio del casco, por el costado de estribor, disparando nuevamente a tocapenoles, produciendo una gran mortandad entre los sobrevivientes.
La corbeta herida profundamente en sus entrañas comenzó a hundirse de proa, luciendo todas sus banderas, como si quisiera despedirse de la superficie con toda dignidad; para esto, su tripulación mantenía la promesa hecha a Prat, cada uno a su manera, Fernández Vial severo, adusto, amenazante, resuelto, y Zegers por el otro, lloroso, suplicante, enternecido, pero ambos cuál más heroico y más firme, sosteniendo con sus juveniles manos las drizas de las dos banderas izadas en el pico de mesana para impedir que un accidente cualquiera las bajase en aquellos terribles instantes
A medida que el buque se inclinaba y rodaban como aluvión las cureñas, los rifles, los muertos y moribundos, el Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas, gritando vivas a Chile, se agarraba en un supremo esfuerzo a su pieza de artillería y disparaba el último cañonazo, cuando el agua casi llegaba a sus pies.
Eran las doce horas y diez minutos cuando calló la corneta del Grumete Pantaleón Cortés y la "Esmeralda" halló su tumba en el mar.
De los ciento noventa y ocho tripulantes sólo sobrevivieron cincuenta y ocho.
Todos cumplieron con su deber, sin arriar el pabellón, aunque el enemigo fuera inmensamente superior!.
A pesar de las múltiples descripciones hechas por diversas publicaciones de diferentes paises, en esta ocasión sólo se extracta la opinión del diario peruano, El Comercio de Iquique, que publicó un artículo el 22 de mayo de 1879, pues el articulista fue testigo presencial del combate y cuyos párrafos más notables son los siguientes:
- "Al habla ambos buques, el Comandante Grau intimó rendición a la "Esmeralda", pero el jefe de la corbeta chilena se negó a arriar su bandera".
- "Era preciso que se diese fin a un drama tan sangriento y que no reconoce ejemplo en la historia del mundo".
- "En efecto, la "Esmeralda" se inclinó hacia estribor que fue por donde el ariete la cortó y segundos después se hundió siempre de proa.
El pabellón chileno fue el último que halló tumba en el mar".
- "Al hundirse la "Esmeralda", un cañón de popa por el lado del estribor hizo el último disparo, dando la tripulación vivas a Chile".
- "Después de la catástrofe, que apagó los gritos de entusiasmo con que desde el principio eran saludados los tiros del "Huáscar" por el pueblo y el ejército, siguió el estupor y silencio de todos.
La impresión que en los habitantes produjo el hundimiento del buque enemigo, pudo más que la alegría y la apagó. Tremendos misterios del corazón humano!.
"Lo último que desaparece en las aguas es el pabellón chileno; no se oye el más leve grito, ni clamor alguno de socorro; ni siquiera resuenan vítores... a todos nos tiene anonadados el horror de aquella tremenda escena".
El sacrificio de Prat y la tripulación de la "Esmeralda", permitió que el convoy transportando 2.500 hombres enviados a Antofagasta, pudieran llegar a salvo a su destino y evitó que la vital máquina resacadora de agua pudiera seguir haciéndolo, para abastecer al ejército chileno en campaña.
Fuente:Página web de la Armada de Chile sobre la Campaña naval de la Guerra del Pacífico
Campaña naval de la Guerra del Pacífico
Fuerzas navales enfrentadas al inicio de la Campaña
Armada de Chile Marina de Guerra del Perú
Blindados
Cochrane (1874)
(Desp. 3560 t, blindaje 230 mm, Armamento principal 6 x 228 mm, Andar 12 Kn)
Blanco Encalada (1875)
(Desp. 3560 t, blindaje 230 mm, Armamento principal 6 x 228 mm, Andar 12 Kn)
Huáscar (1866)
(Desp. 1745 t, blindaje 114.3 mm, Armamento principal 2 x 254 mm, Andar 12 Kn)
Independencia (1866)
(Desp. 3750 t, blindaje 114.3 mm, Armamento principal 12 x 162 mm, Andar 11 Kn)
Manco Cápac (1869)
(Desp. 2100 t, blindaje 127 mm, Armamento principal 2 x 381 mm, Andar 5 Kn)
Atahualpa (1868)
(Desp. 2100 t, blindaje 127 mm, Armamento principal 2 x 381 mm, Andar 5 Kn)
Corbetas
O'Higgins (1868)
(Desp. 1670 t, Armamento principal 3 x 177.8 mm, Andar 10 Kn)
Chacabuco (1868)
(Desp. 1670 t, Armamento principal 3 x 177.8 mm, Andar 10 Kn)
Esmeralda (1855)
(Desp. 854 t, Armamento principal 16 x 32 lb, Andar 8 Kn)
Abtao (1866)
(Desp. 2100 t, Armamento principal 3 x 150 lb, Andar 10 Kn)
Unión (1865)
(Desp. 2016 t, Armamento principal 12 x 162 mm, Andar 13 Kn)
Cañoneras
Magallanes (1873)
(Desp. 950 t, Armamento principal 1 x 177.8 mm, Andar 11.5 Kn)
Covadonga (1859)
(Desp. 630 t, Armamento principal 2 x 70 lb, Andar 7 Kn)
Pilcomayo (1874)
(Desp. 850 t, Armamento principal 2 x 70 lb, Andar 7 Kn)
Torpederas
Janaqueo (1879)
(Desp. 30 t, Armamento 2 torpedos de botalón, 1 ametralladora, un cañón pequeño)
Vedette (1879)
(Desp. 10 t, Armamento 2 torpedos de botalón)
Alianza (1879)
(Desp. 25 t, Armamento 2 torpedos de botalón, 1 ametralladora)
República (1879)
(Desp. 25 t, Armamento 2 torpedos de botalón 1 torpedo de remolque, 1 ametralladora)
Alay (1879)
(Desp. 30 t, Armamento 2 torpedos de botalón, 1 ametralladora)
Armada de Chile Marina de Guerra del Perú
Blindados
Cochrane (1874)
(Desp. 3560 t, blindaje 230 mm, Armamento principal 6 x 228 mm, Andar 12 Kn)
Blanco Encalada (1875)
(Desp. 3560 t, blindaje 230 mm, Armamento principal 6 x 228 mm, Andar 12 Kn)
Huáscar (1866)
(Desp. 1745 t, blindaje 114.3 mm, Armamento principal 2 x 254 mm, Andar 12 Kn)
Independencia (1866)
(Desp. 3750 t, blindaje 114.3 mm, Armamento principal 12 x 162 mm, Andar 11 Kn)
Manco Cápac (1869)
(Desp. 2100 t, blindaje 127 mm, Armamento principal 2 x 381 mm, Andar 5 Kn)
Atahualpa (1868)
(Desp. 2100 t, blindaje 127 mm, Armamento principal 2 x 381 mm, Andar 5 Kn)
Corbetas
O'Higgins (1868)
(Desp. 1670 t, Armamento principal 3 x 177.8 mm, Andar 10 Kn)
Chacabuco (1868)
(Desp. 1670 t, Armamento principal 3 x 177.8 mm, Andar 10 Kn)
Esmeralda (1855)
(Desp. 854 t, Armamento principal 16 x 32 lb, Andar 8 Kn)
Abtao (1866)
(Desp. 2100 t, Armamento principal 3 x 150 lb, Andar 10 Kn)
Unión (1865)
(Desp. 2016 t, Armamento principal 12 x 162 mm, Andar 13 Kn)
Cañoneras
Magallanes (1873)
(Desp. 950 t, Armamento principal 1 x 177.8 mm, Andar 11.5 Kn)
Covadonga (1859)
(Desp. 630 t, Armamento principal 2 x 70 lb, Andar 7 Kn)
Pilcomayo (1874)
(Desp. 850 t, Armamento principal 2 x 70 lb, Andar 7 Kn)
Torpederas
Janaqueo (1879)
(Desp. 30 t, Armamento 2 torpedos de botalón, 1 ametralladora, un cañón pequeño)
Vedette (1879)
(Desp. 10 t, Armamento 2 torpedos de botalón)
Alianza (1879)
(Desp. 25 t, Armamento 2 torpedos de botalón, 1 ametralladora)
República (1879)
(Desp. 25 t, Armamento 2 torpedos de botalón 1 torpedo de remolque, 1 ametralladora)
Alay (1879)
(Desp. 30 t, Armamento 2 torpedos de botalón, 1 ametralladora)
Carta de Miguel Grau a Carmela Carvajal Vda. de Prat
Monitor Huáscar
Al ancla, Pisagua, Junio 2 de 1879
Dignísima señora:
Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a Ud. y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar, contribuya a aumentar el dolor que hoy justamente debe dominarla. En el combate naval del 21 próximo pasado que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilenas, su digno y valeroso esposo, el capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la “Esmeralda”, fue como usted no lo ignorara ya, victima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria. Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso y triste deber de enviarle las para usted inestimables prendas que se encontraron en su poder, y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún consuelo en medio de su desgracia y por eso me he anticipado a remitírselas.
Reiterándole mis sentimientos de condolencia, logro, señora, la oportunidad para ofrecerle mis servicios, consideraciones y respetos con que me suscribo de usted, señora, muy afectísimo seguro servidor.
Miguel Grau
Inventario de los objetos encontrados al capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la corbeta chilena “Esmeralda”, momentos después de haber fallecido a bordo del monitor “Huáscar”
Una espada sin vaina, pero con sus respectivos tiros.
Un anillo de oro de matrimonio.
Un par de gemelos y dos botones de pechera de camisa, todos de nácar.
Tres copias fotográficas, una de su señora y las otras dos probablemente de sus niños.
Una reliquia del Corazón de Jesús, escapulario de la Virgen del Carmen y medalla de la Purísima.
Un par de guantes de preville.
Un pañuelo de hilo blanco, sin marca.
Un libro memorándum.
Una carta cerrada y con el siguiente sobre escrito: “Señor Lassero. Gobernación Marítima de Valparaíso. Para entregar a don Lorenzo Paredes”.
Al ancla, Iquique, mayo 21 de 1879 El oficial de detall
Pedro Rodríguez Salazar
[editar]Carta de la viuda de Prat a Grau
Señor don Miguel Grau
Distinguido señor:
Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del “Huáscar” en 2 de junio del corriente año. En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraban sobre la persona de mi Arturo, prendas para mí de un valor inestimable por ser, o consagradas por su afecto, como los retratos, o consagradas por su martirio como la espada que lleva su adorado nombre.
Al proferir la palabra martirio no crea usted señor, que sea mi intento inculpar al jefe del “Huáscar” la muerte de mi esposo. Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe que, arrostrando el furor de innobles pasiones sobreexcitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, de asociarse a mi duelo y de poner muy alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo poniendo en mis manos una espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido jamás rendida; un jefe semejante, un corazón tan noble, se habría, estoy cierta, interpuesto, de haberla podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su patria como desastroso para mi corazón.
A este propósito, no puedo menos de expresar a usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.
Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente de usted atenta y afma. S.S.
Carmela Carvajal de Prat
Fuente;wikisource
Al ancla, Pisagua, Junio 2 de 1879
Dignísima señora:
Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a Ud. y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar, contribuya a aumentar el dolor que hoy justamente debe dominarla. En el combate naval del 21 próximo pasado que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilenas, su digno y valeroso esposo, el capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la “Esmeralda”, fue como usted no lo ignorara ya, victima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria. Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso y triste deber de enviarle las para usted inestimables prendas que se encontraron en su poder, y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún consuelo en medio de su desgracia y por eso me he anticipado a remitírselas.
Reiterándole mis sentimientos de condolencia, logro, señora, la oportunidad para ofrecerle mis servicios, consideraciones y respetos con que me suscribo de usted, señora, muy afectísimo seguro servidor.
Miguel Grau
Inventario de los objetos encontrados al capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la corbeta chilena “Esmeralda”, momentos después de haber fallecido a bordo del monitor “Huáscar”
Una espada sin vaina, pero con sus respectivos tiros.
Un anillo de oro de matrimonio.
Un par de gemelos y dos botones de pechera de camisa, todos de nácar.
Tres copias fotográficas, una de su señora y las otras dos probablemente de sus niños.
Una reliquia del Corazón de Jesús, escapulario de la Virgen del Carmen y medalla de la Purísima.
Un par de guantes de preville.
Un pañuelo de hilo blanco, sin marca.
Un libro memorándum.
Una carta cerrada y con el siguiente sobre escrito: “Señor Lassero. Gobernación Marítima de Valparaíso. Para entregar a don Lorenzo Paredes”.
Al ancla, Iquique, mayo 21 de 1879 El oficial de detall
Pedro Rodríguez Salazar
[editar]Carta de la viuda de Prat a Grau
Señor don Miguel Grau
Distinguido señor:
Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del “Huáscar” en 2 de junio del corriente año. En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraban sobre la persona de mi Arturo, prendas para mí de un valor inestimable por ser, o consagradas por su afecto, como los retratos, o consagradas por su martirio como la espada que lleva su adorado nombre.
Al proferir la palabra martirio no crea usted señor, que sea mi intento inculpar al jefe del “Huáscar” la muerte de mi esposo. Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe que, arrostrando el furor de innobles pasiones sobreexcitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, de asociarse a mi duelo y de poner muy alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo poniendo en mis manos una espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido jamás rendida; un jefe semejante, un corazón tan noble, se habría, estoy cierta, interpuesto, de haberla podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su patria como desastroso para mi corazón.
A este propósito, no puedo menos de expresar a usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.
Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente de usted atenta y afma. S.S.
Carmela Carvajal de Prat
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Tratado de Ancón
La República de Chile por una parte; y de la otra, la República del Perú, deseando restablecer las relaciones de amistad entre ambos países, han determinado celebrar un tratado de paz y amistad, y al efecto han nombrado y constituido por sus plenipotenciarios a saber: S.E. el Presidente de la República de Chile, a don Jovino Novoa; y S.E. el Presidente de la República del Perú, a don José Antonio de Lavalle, Ministros de Relaciones Exteriores, y don Mariano Castro Zaldívar; quienes, después de haberse comunicado sus plenos poderes y de haberlos hallado en buena y debida forma, han convenido en los artículos siguientes:
Articulo 1º: Restablécense las relaciones de paz y amistad entre las repúblicas de Chile y Perú.
Artículo 2º: La República del Perú cede a la Republica de Chile, perpetua e incondicionalmente, el territorio de la provincia litoral de Tarapacá, cuyos límites son: por el norte, la quebrada y río de Camarones; por el sur, la quebrada y río de Loa; por el oriente, la República de Bolivia; y por el poniente el mar Pacífico.
Artículo 3º: El territorio de las provincias de Tacna y Arica, que limitan por el norte con el río Sama, desde su nacimiento en las cordilleras limítrofes con Bolivia hasta su desembocadura en el mar; por el sur, con la quebrada y río de Camarones; por el oriente, con la República de Bolivia; y por el poniente con el mar Pacífico, continuará poseído por Chile y sujeto a la legislación y autoridades chilenas durante el término de diez años, contado desde que se ratifique el presente tratado de paz. Expirando este plazo, un plebiscito decidirá, con votación popular, si el territorio de las provincias referidas queda definitivamente del dominio y soberanía de Chile, o si continúa siendo parte del territorio peruano. Aquel de los dos países a cuyo favor queden anexadas las provincias de Tacna y Arica, pagará al otro diez millones de pesos moneda chilena de plata o soles peruanos de igual ley y peso de aquella.
Un protocolo especial que se considerará como parte integrante del presente tratado, establecerá la forma en que el plebiscito debe tener lugar y los términos y plazos en que hayan de pagarse los diez millones por el país que quede dueño de las provincias de Tacna y Arica.
Artículo 4º: En conformidad a lo dispuesto en el supremo decreto de 9 de febrero de 1882, por el cual el gobierno de Chile ordenó la venta de un millón de toneladas de guano, el producto líquido de esta sustancia, deducidos los gastos y demás desembolsos a que se refiere el artículo 13 de dicho decreto, se distribuirá por partes iguales entre el gobierno de Chile y los acreedores del Perú cuyos títulos de crédito aparecieren sustentados con la garantía del guano.
Terminada la venta del millón de toneladas a que se refiere el inciso anterior, el gobierno de Chile continuará entregando a los acreedores peruanos el cincuenta por ciento del producto líquido del guano tal como lo establece el artículo 13, hasta que se extinga la deuda o se agoten las covaderas en actual explotación.
Los productos de las covaderas o yacimientos que se descubran en lo futuro en los territorios cedidos, pertenecerán exclusivamente al gobierno de Chile.
Artículo 5º: Si se descubren en los territorios que quedan en dominio del Perú, covaderas o yacimientos de guano, a fin de evitar que los gobiernos de Chile y del Perú se hagan competencia en la venta de esta sustancia, se determinara previamente por ambos gobiernos de común acuerdo, la proporción y condiciones a que cada uno de ellos deba sujetarse en la enajenación de dicho abono.
Lo estipulado en el inciso precedente regirá asimismo con las existencias de guano ya descubiertas que puedan quedar en las islas de Lobos, cuando llegue el evento de entregarse esas islas al gobierno del Perú, en conformidad a lo establecido en la cláusula 9 del presente tratado.
Artículo 6º: Los acreedores peruanos a quienes se concede el beneficio a que se refiere el artículo 4º deberán someterse, para la calificación de sus títulos y demás procedimientos, a las reglas fijadas en el supremo decreto de 9 de febrero de 1882.
Artículo 7º: La obligación que el gobierno de Chile acepta, según el artículo 4º, de entregar el cincuenta por ciento del producto líquido del guano de las covaderas de actual explotación se hiciere en conformidad al tratado existente, sobre venta de un millón de toneladas, sea que ellas se verifiquen en virtud de otro contrato o por cuenta propia del gobierno de Chile.
Articulo 8º: Fuera de las declaraciones consignadas en los artículos precedentes y de las obligaciones que el gobierno de Chile tiene espontáneamente aceptadas en el supremo decreto de 28 de marzo de 1882, que reglamentó la propiedad salitrera de Tarapacá, el expresado gobierno de Chile no reconoce créditos de ninguna clase que afecten a los nuevos territorios que adquiere por el presente tratado, cualquiera sea su naturaleza y procedencia.
Artículo 9º: Las islas Lobos continuarán administradas por el gobierno de Chile hasta que se dé término en las covaderas existentes a la explotación de un millón de toneladas de guano, en conformidad a lo estipulado en los artículos 4º y 7º. Llegando este caso, se devolverán al Perú.
Artículo 10º: El gobierno de Chile declara que cederá al Perú desde el día en que el presente tratado sea ratificado y canjeado constitucionalmente, el cincuenta por ciento que le corresponde en el producto del guano de las islas Lobos.
Artículo 11º: Mientras no se ajuste un tratado especial, las relaciones mercantiles entre ambos países subsistirán en el mismo estado en que se encontraban antes del 5 de abril de 1879.
Artículo 12º: Las indemnizaciones que se deban por el Perú a los chilenos que hayan sufrido perjuicio con motivo de la guerra, se juzgarán por un tribunal arbitral o comisión mixta internacional, nombrada inmediatamente después de ratificado el presente tratado, en la forma establecida por convenciones recientemente ajustadas entre Chile y los gobiernos de Inglaterra, Francia e Italia.
Artículo 13º: Los gobiernos contratantes reconocen y aceptan la validez de todos los actos administrativos y judiciales pasados durante la ocupación del Perú, derivados de la jurisdicción marcial ejercida por el gobierno de Chile.
Artículo 14º: El presente tratado será ratificado, y las ratificaciones canjeadas en la ciudad de Lima, cuanto antes sea posible, dentro de un término máximo de ciento sesenta días contados desde esta fecha.
En fe de lo cual, los respectivos plenipotenciarios lo han firmado por duplicado y sellado con sus sellos particulares.
Hecho en Lima a veinte de octubre del año de nuestro Señor mil ochocientos ochenta y tres.
Jovino Novoa
J. A. Lavalle
Fuente:wikisource
Articulo 1º: Restablécense las relaciones de paz y amistad entre las repúblicas de Chile y Perú.
Artículo 2º: La República del Perú cede a la Republica de Chile, perpetua e incondicionalmente, el territorio de la provincia litoral de Tarapacá, cuyos límites son: por el norte, la quebrada y río de Camarones; por el sur, la quebrada y río de Loa; por el oriente, la República de Bolivia; y por el poniente el mar Pacífico.
Artículo 3º: El territorio de las provincias de Tacna y Arica, que limitan por el norte con el río Sama, desde su nacimiento en las cordilleras limítrofes con Bolivia hasta su desembocadura en el mar; por el sur, con la quebrada y río de Camarones; por el oriente, con la República de Bolivia; y por el poniente con el mar Pacífico, continuará poseído por Chile y sujeto a la legislación y autoridades chilenas durante el término de diez años, contado desde que se ratifique el presente tratado de paz. Expirando este plazo, un plebiscito decidirá, con votación popular, si el territorio de las provincias referidas queda definitivamente del dominio y soberanía de Chile, o si continúa siendo parte del territorio peruano. Aquel de los dos países a cuyo favor queden anexadas las provincias de Tacna y Arica, pagará al otro diez millones de pesos moneda chilena de plata o soles peruanos de igual ley y peso de aquella.
Un protocolo especial que se considerará como parte integrante del presente tratado, establecerá la forma en que el plebiscito debe tener lugar y los términos y plazos en que hayan de pagarse los diez millones por el país que quede dueño de las provincias de Tacna y Arica.
Artículo 4º: En conformidad a lo dispuesto en el supremo decreto de 9 de febrero de 1882, por el cual el gobierno de Chile ordenó la venta de un millón de toneladas de guano, el producto líquido de esta sustancia, deducidos los gastos y demás desembolsos a que se refiere el artículo 13 de dicho decreto, se distribuirá por partes iguales entre el gobierno de Chile y los acreedores del Perú cuyos títulos de crédito aparecieren sustentados con la garantía del guano.
Terminada la venta del millón de toneladas a que se refiere el inciso anterior, el gobierno de Chile continuará entregando a los acreedores peruanos el cincuenta por ciento del producto líquido del guano tal como lo establece el artículo 13, hasta que se extinga la deuda o se agoten las covaderas en actual explotación.
Los productos de las covaderas o yacimientos que se descubran en lo futuro en los territorios cedidos, pertenecerán exclusivamente al gobierno de Chile.
Artículo 5º: Si se descubren en los territorios que quedan en dominio del Perú, covaderas o yacimientos de guano, a fin de evitar que los gobiernos de Chile y del Perú se hagan competencia en la venta de esta sustancia, se determinara previamente por ambos gobiernos de común acuerdo, la proporción y condiciones a que cada uno de ellos deba sujetarse en la enajenación de dicho abono.
Lo estipulado en el inciso precedente regirá asimismo con las existencias de guano ya descubiertas que puedan quedar en las islas de Lobos, cuando llegue el evento de entregarse esas islas al gobierno del Perú, en conformidad a lo establecido en la cláusula 9 del presente tratado.
Artículo 6º: Los acreedores peruanos a quienes se concede el beneficio a que se refiere el artículo 4º deberán someterse, para la calificación de sus títulos y demás procedimientos, a las reglas fijadas en el supremo decreto de 9 de febrero de 1882.
Artículo 7º: La obligación que el gobierno de Chile acepta, según el artículo 4º, de entregar el cincuenta por ciento del producto líquido del guano de las covaderas de actual explotación se hiciere en conformidad al tratado existente, sobre venta de un millón de toneladas, sea que ellas se verifiquen en virtud de otro contrato o por cuenta propia del gobierno de Chile.
Articulo 8º: Fuera de las declaraciones consignadas en los artículos precedentes y de las obligaciones que el gobierno de Chile tiene espontáneamente aceptadas en el supremo decreto de 28 de marzo de 1882, que reglamentó la propiedad salitrera de Tarapacá, el expresado gobierno de Chile no reconoce créditos de ninguna clase que afecten a los nuevos territorios que adquiere por el presente tratado, cualquiera sea su naturaleza y procedencia.
Artículo 9º: Las islas Lobos continuarán administradas por el gobierno de Chile hasta que se dé término en las covaderas existentes a la explotación de un millón de toneladas de guano, en conformidad a lo estipulado en los artículos 4º y 7º. Llegando este caso, se devolverán al Perú.
Artículo 10º: El gobierno de Chile declara que cederá al Perú desde el día en que el presente tratado sea ratificado y canjeado constitucionalmente, el cincuenta por ciento que le corresponde en el producto del guano de las islas Lobos.
Artículo 11º: Mientras no se ajuste un tratado especial, las relaciones mercantiles entre ambos países subsistirán en el mismo estado en que se encontraban antes del 5 de abril de 1879.
Artículo 12º: Las indemnizaciones que se deban por el Perú a los chilenos que hayan sufrido perjuicio con motivo de la guerra, se juzgarán por un tribunal arbitral o comisión mixta internacional, nombrada inmediatamente después de ratificado el presente tratado, en la forma establecida por convenciones recientemente ajustadas entre Chile y los gobiernos de Inglaterra, Francia e Italia.
Artículo 13º: Los gobiernos contratantes reconocen y aceptan la validez de todos los actos administrativos y judiciales pasados durante la ocupación del Perú, derivados de la jurisdicción marcial ejercida por el gobierno de Chile.
Artículo 14º: El presente tratado será ratificado, y las ratificaciones canjeadas en la ciudad de Lima, cuanto antes sea posible, dentro de un término máximo de ciento sesenta días contados desde esta fecha.
En fe de lo cual, los respectivos plenipotenciarios lo han firmado por duplicado y sellado con sus sellos particulares.
Hecho en Lima a veinte de octubre del año de nuestro Señor mil ochocientos ochenta y tres.
Jovino Novoa
J. A. Lavalle
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Tratado de Alianza Defensiva
Las Repúblicas de Bolivia y Perú, deseosas de estrechar de una manera solemne los vínculos que los unen, aumentando así su fuerza y garantizándose recíprocamente ciertos derechos, estipulan el presente Tratado de Alianza defensiva; para cuyo objeto, el Presidente de Bolivia ha conferido facultades bastantes para tal negociación a don Juan de la Cruz Benavente, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en el Perú, y el Presidente del Perú a don José de la Riva Agüero, Ministro de Relaciones Exteriores quienes han convenido en las estipulaciones siguientes:
Articulo I.- Las altas partes contratantes se unen y ligan para garantizar mutuamente su independencia, su soberanía y la integridad de sus territorios respectivos, obligándose en los términos del presente tratado a defenderse de toda agresión exterior, bien sea de uno u otros Estados independientes, o de una fuerza sin bandera que no obedezca a ningún poder reconocido.
Artículo II.- La Alianza se hará efectiva para conservar los derechos expresados en el artículo anterior, y especialmente en los casos de ofensa que consistan:
I) En actos dirigidos a privar a algunos de las altas partes contratantes de una porción de su territorio, con ánimo de apropiarse su dominio o de cederlo a otra potencia.
II) En actos dirigidos a someter a cualquiera de las altas partes contratantes a protectorado, venta o cesión de territorio, o establecer sobre ella cualquier superioridad, derecho o preeminencia que menoscabe u ofenda el ejercicio amplio y completo de su soberanía o independencia.
III) En actos dirigidos a variar o anular la forma del gobierno, la constitución política o las leyes que las altas partes contratadas se han dado o se dieren en ejercicio de su soberanía.
Artículo III.- Reconociendo ambas partes contratantes que todo acto legítimo de Alianza se basa en la justicia, se establece para cada uno de ellos, respectivamente el derecho de decidir si la ofensa recibida por la otra está comprendida entre las designadas en el artículo anterior.
Artículo IV.- Declarado el casus foederis, las altas partes contratantes se comprometen a cortar inmediatamente sus relaciones con el Estado ofensor; a dar pasaportes a sus ministros diplomáticos, a cancelar las patentes de los agentes consulares, a prohibir la exportación de sus productos naturales e industriales y a cerrar los puertos a sus naves.
Artículo V.- Nombrarán también las mismas partes, plenipotenciarios que ajusten por protocolo, los arreglos precisos para determinar los subsidios, los contingentes de fuerzas terrestres, y marítimas, o los auxilios de cualquier clase que deben procurarse a la república ofendida o agredida; la manera como las fuerzas deben obrar y realizarse los auxilios, y todo lo demás que convenga para el mejor éxito de la defensa. La reunión de los plenipotenciarios se verificará en el lugar que designe la parte ofendida.
Artículo VI.- Las altas partes contratantes se obligan a suministrar a la que fuere ofendida o agredida, los medios de defensa que cada una de ellas juzgue poder disponer, aunque no hayan precedido los arreglos, que se perciben en el artículo anterior con tal que el caso fuera , a su juicio urgente.
Artículo VII.- Declarado el casus foederis, la parte ofendida no podrá celebrar convenio de paz, de tregua o de armisticio, sin la concurrencia del aliado que haya tomado parte en la guerra.
Artículo VIII.- Las altas partes contratantes se obligan también:
I) A emplear con preferencia, siempre que sea posible, todos los medios conciliatorios para evitar un rompimiento o para terminar la guerra, aunque el rompimiento haya tenido lugar, reputando entre ellos, como el más efectivo, el arbitraje de una tercera potencia.
II) A conceder ni aceptar de ninguna nación o gobierno, protectorado o superioridad que menoscabe su independencia o soberanía, y a no ceder ni enajenar en favor de ninguna nación o gobierno, parte alguna de sus territorios, excepto en los casos de mejor demarcación de límites.
III) A no concluir tratados de límites o de otros arreglos territoriales, sin consentimiento previo de la otra parte contratante.
Artículo IX.- Las estipulaciones del presente tratado no se extienden a actos practicados por partidos políticos o provenientes de concesiones interiores independientes de la intervención de gobiernos extraños; pues tenido el presente tratado de alianza por objetivo principal la garantía legítima de los derechos soberanos de ambas naciones, no debe interpretarse ninguna de sus cláusulas en su posición con su fin primordial.
Artículo X.- Las altas partes contratantes solicitarán separada o colectivamente, cuando así lo declaren oportuno por un acuerdo posterior, la adhesión de otro u otros estados americanos al presente tratado de alianza defensiva.
Artículo XI.- El presente tratado se canjeará en Lima o en La Paz, tan pronto como se obtenga su perfección constitucional, y quedará en plena vigencia a los veinte días después del canje. Su duración será por tiempo indefinido, reservándose cada una de las partes el derecho de darlo por terminado cuando lo estime conveniente. En tal caso notificarán su resolución a la otra parte, y el tratado quedará sin efecto a los cuatro meses después de la fecha de notificación.
En fe de lo cual los plenipotenciarios respectivos lo firmaron por duplicado y lo sellaron con sus sellos particulares.
Hecho en Lima a los seis días del mes de febrero de 1873.
Artículo adicional.- El presente tratado de alianza defensiva entre Bolivia y el Perú, se conservará secreto mientras las dos altas partes contratantes de común acuerdo no estimen necesaria su publicación.
JUAN DE LA CRUZ BENAVENTE - JOSÉ DE LA RIVA-AGÜERO
Fuente:wikisource.
Articulo I.- Las altas partes contratantes se unen y ligan para garantizar mutuamente su independencia, su soberanía y la integridad de sus territorios respectivos, obligándose en los términos del presente tratado a defenderse de toda agresión exterior, bien sea de uno u otros Estados independientes, o de una fuerza sin bandera que no obedezca a ningún poder reconocido.
Artículo II.- La Alianza se hará efectiva para conservar los derechos expresados en el artículo anterior, y especialmente en los casos de ofensa que consistan:
I) En actos dirigidos a privar a algunos de las altas partes contratantes de una porción de su territorio, con ánimo de apropiarse su dominio o de cederlo a otra potencia.
II) En actos dirigidos a someter a cualquiera de las altas partes contratantes a protectorado, venta o cesión de territorio, o establecer sobre ella cualquier superioridad, derecho o preeminencia que menoscabe u ofenda el ejercicio amplio y completo de su soberanía o independencia.
III) En actos dirigidos a variar o anular la forma del gobierno, la constitución política o las leyes que las altas partes contratadas se han dado o se dieren en ejercicio de su soberanía.
Artículo III.- Reconociendo ambas partes contratantes que todo acto legítimo de Alianza se basa en la justicia, se establece para cada uno de ellos, respectivamente el derecho de decidir si la ofensa recibida por la otra está comprendida entre las designadas en el artículo anterior.
Artículo IV.- Declarado el casus foederis, las altas partes contratantes se comprometen a cortar inmediatamente sus relaciones con el Estado ofensor; a dar pasaportes a sus ministros diplomáticos, a cancelar las patentes de los agentes consulares, a prohibir la exportación de sus productos naturales e industriales y a cerrar los puertos a sus naves.
Artículo V.- Nombrarán también las mismas partes, plenipotenciarios que ajusten por protocolo, los arreglos precisos para determinar los subsidios, los contingentes de fuerzas terrestres, y marítimas, o los auxilios de cualquier clase que deben procurarse a la república ofendida o agredida; la manera como las fuerzas deben obrar y realizarse los auxilios, y todo lo demás que convenga para el mejor éxito de la defensa. La reunión de los plenipotenciarios se verificará en el lugar que designe la parte ofendida.
Artículo VI.- Las altas partes contratantes se obligan a suministrar a la que fuere ofendida o agredida, los medios de defensa que cada una de ellas juzgue poder disponer, aunque no hayan precedido los arreglos, que se perciben en el artículo anterior con tal que el caso fuera , a su juicio urgente.
Artículo VII.- Declarado el casus foederis, la parte ofendida no podrá celebrar convenio de paz, de tregua o de armisticio, sin la concurrencia del aliado que haya tomado parte en la guerra.
Artículo VIII.- Las altas partes contratantes se obligan también:
I) A emplear con preferencia, siempre que sea posible, todos los medios conciliatorios para evitar un rompimiento o para terminar la guerra, aunque el rompimiento haya tenido lugar, reputando entre ellos, como el más efectivo, el arbitraje de una tercera potencia.
II) A conceder ni aceptar de ninguna nación o gobierno, protectorado o superioridad que menoscabe su independencia o soberanía, y a no ceder ni enajenar en favor de ninguna nación o gobierno, parte alguna de sus territorios, excepto en los casos de mejor demarcación de límites.
III) A no concluir tratados de límites o de otros arreglos territoriales, sin consentimiento previo de la otra parte contratante.
Artículo IX.- Las estipulaciones del presente tratado no se extienden a actos practicados por partidos políticos o provenientes de concesiones interiores independientes de la intervención de gobiernos extraños; pues tenido el presente tratado de alianza por objetivo principal la garantía legítima de los derechos soberanos de ambas naciones, no debe interpretarse ninguna de sus cláusulas en su posición con su fin primordial.
Artículo X.- Las altas partes contratantes solicitarán separada o colectivamente, cuando así lo declaren oportuno por un acuerdo posterior, la adhesión de otro u otros estados americanos al presente tratado de alianza defensiva.
Artículo XI.- El presente tratado se canjeará en Lima o en La Paz, tan pronto como se obtenga su perfección constitucional, y quedará en plena vigencia a los veinte días después del canje. Su duración será por tiempo indefinido, reservándose cada una de las partes el derecho de darlo por terminado cuando lo estime conveniente. En tal caso notificarán su resolución a la otra parte, y el tratado quedará sin efecto a los cuatro meses después de la fecha de notificación.
En fe de lo cual los plenipotenciarios respectivos lo firmaron por duplicado y lo sellaron con sus sellos particulares.
Hecho en Lima a los seis días del mes de febrero de 1873.
Artículo adicional.- El presente tratado de alianza defensiva entre Bolivia y el Perú, se conservará secreto mientras las dos altas partes contratantes de común acuerdo no estimen necesaria su publicación.
JUAN DE LA CRUZ BENAVENTE - JOSÉ DE LA RIVA-AGÜERO
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La dama de Chorrillos
(Al anochecer del 13 de enero de 1881 en Chorrillos)
A las seis, casi ya oscuro, una compañía del batallón “Buín”, cansada de saquear almacenes, se desparramó por el malecón y por las calles adyacentes a la plaza de la (Iglesia) Matriz. Los ranchos cerrados todos, semejaban grandes mausoleos de un inmenso cementerio. Uno de esos ranchos adornado con estatuas de mármol, llamó la atención de un sargento y cuatro soldados, quienes escalaron la verja, pintada de verde y oro, y penetraron en el patio adornado con plantas raras, avanzando hasta la puerta de cristales de colores del salón, que echaron abajo a culatazos, penetrando como un alud en la elegante casa que parecía abandonada. En un instante desgarraron las ricas colgaduras de damasco y recogieron en mantas, que llevaban preparadas al efecto, todos los objetos de valores y de lujo que adornaban las rinconeras y salones. Uno de esos hombres disparó contra un magnífico espejo de luna de Venecia, espantado al ver reproducida en él su propia figura.
Después se lanzaron a los dormitorios. En uno de ellos, arrodillada ante un bello cuadro de la Virgen de Dolores, se hallaba una anciana de noble fisonomía, que al sentir los pasos de aquellos bandidos se levantó y volvió hacía ellos.
El sargento se detuvo un instante; pero luego, ebrio como se hallaba...
• Vamos abuela, dijo, vengan las llaves de las cómodas y de todos los muebles.
La anciana se sonrió con desprecio, y arrancando de su cintura un manojo de llaves, lo arrojó a las plantas de aquel hombre.
Uno de los soldados avanzó a recogerlas, pero antes cometió la indignidad de dar un terrible puñetazo en el pecho de la dama, que rodó como una masa inerme, arrojando sangre por la boca.
Al ruido de su caída abríose violentamente una puerta oculta por elegante colgadura de encajes, y apareció en el umbral una mujer de extraordinaria belleza, que representaba veintidós años a lo sumo, la cual al ver a la anciana en un lago de sangre, lanzó un grito de espanto y corrió a arrodillarse junto a ella.
La escena que se siguió es de aquellas que las plumas de un escritor honrado se resiste a trazar. Los soldados chilenos rodearon el interesante y poético grupo, y entre las palabras de un cinismo horroroso y risas bestiales, sujetaron a la joven, rasgaron sus ropas, y uno en pos de otro violaron ese cuerpo de diosa, sin hacer caso si de los gritos desgarradores de la desdichada, ni de sus súplicas, llenas de lágrimas, ni de sus inútiles amenazas.
Después corrieron por toda la casa, rompiendo los espejos y armarios, descerrajando muebles y destruyéndolo todo por el placer brutal que siente el que no poseyendo nada no quiere que otros tengan más.
La mujer ultrajada se incorporó penosamente, con la faz lívida, los ojos inyectados de sangre, el seno lleno de cardenales, la cabellera suelta y las manos agitadas por temblor nervioso que la sacudía, como sucede a las flores el viento huracanado de las cordilleras.
Parecía la imagen del terror y la desolación.
A través del vestido rasgado en cien partes, se veían palpitar las carnes de una blancura marfil.
En el instante de ponerse en pie, su mano tropezó con un Rémington olvidado por alguno de aquellos miserables... Entonces algo como una sonrisa crispó su boca llena de espuma. Empuñó el arma y entró resueltamente, con ella preparada, a la habitación contigua. En otra interior sus salvajes violadores, que habían encontrado muchas botellas de buen vino, bebían hasta rodar ebrios, sin darse más trabajo que el de romper el gollote de esas botellas.
Ella esperó con los ojos de loca fijos en el cuadro innoble, que todos cayeran ebrios, y cuando los vio tirados por los suelos y medios muertos por el efecto enervante del alcohol, entró y apoyando el cañón del rifle en la sien del sargento, le voló los sesos. Después mató a otro de aquellos infames. Al ruido de las dos detonaciones, los otros tres se incorporaron con la pesadez natural de la borrachera y quisieron defenderse, pero ella con fuerza sobrenatural para sus años y delicada complexión, les rompió la cabeza a culatazos. Los sesos de esos hombres mancharon el pavimento de Nola de la habitación, y los cadáveres quedaron allí tendidos. La joven volvió con lento paso al dormitorio, se inclinó sobre el cuerpo ya frío de la anciana, la besó en la frente y salió de la casa maldita echándose un manto sobre los desnudos hombros.
Al pasar por el patio tuvo que apoyar su mano ensangrentada en la pared para no caer, pues sentía que la vida se le iba, que la razón la abandonaba. Muchos años después podía aún verse la mano sangrienta ennegrecida por el polvo en las ruinas de aquel palacio espléndido, que muy pronto iba a ser pasto de las llamas.
La noche había llegado, y con ella todos los horrores del incendio, saqueo y destrucción de Chorrillos.
Los palacios de mármol y de maderas finas fueron volados con dinamita, las tiendas descerrajadas, las mujeres insultadas y violadas, los hombres asesinados sin misericordia, sin que se salvaran ni siquiera los extranjeros. Los niños eran reventados a puntapiés o estrellados contra las paredes, las estatuas despedazadas, los vidrios rotos a culatazos. Los vencedores recorrían la ciudad con antorchas improvisadas que les servían para alumbrarse el camino y aplicar fuego a los edificios. Gritos de muerte resonaban por todas partes, entre el crujir de los techos que se desplomaban, de los balcones que se desprendían y de las puertas que caían con estrépito. Baquedano había cumplido su palabra a sus rotos. Les había entregado Chorrillos, que es como si el Rey Guillermo y Moltke hubieran entregado Versalles a los alemanes, después de Sedán. Grupo de mujeres perseguidas por soldados enloquecidos por el alcohol, corrían por las calles casi desnudas y sin aliento.
Algunos italianos y franceses intentaron defenderse con los picos y lampas que vendían en sus tiendas, pero fueron muertos a balazos y repasados luego con los corvos.
Los reflejos del incendio se percibían desde Lima. Cáceres y Canevaro propusieron al dictador Piérola atacar a los vencedores en medio de la siniestra orgía, pero el permiso les fue negado. Indudablemente el plan concebido por los dos valientes militares hubiera tenido buen éxito, pues los chilenos entregados al saqueo, a la ebriedad y al pillaje, no habrían tenido aliento para organizarse y resistir... ¿Por qué no se hizo eso?... ¡Ah! ¡Cuan inmensa es ante la historia la responsabilidad de ciertos hombres!
...
Figura retórica o verdad histórica, el hecho es que los perfumes de amor, virtud, heroísmo y muerte, que se desprendieron del incendio de Chorrillos, llenan aun el ambiente desde el polo Ártico hasta Magallanes, recordando el valor peruano y la crueldad chilena, en esos días de fúnebre dolor, que se conmemoran en las fechas que dejamos apuntadas al comenzar este capítulo (13 de enero de 1881) y que obligan al escritor imparcial a teñir la pluma en la sangre de mil mártires, para escribir con esa tinta terrible, una página gloriosa y tristísimo de la historia del Perú!...
La mujer a quien en líneas anteriores presentamos a los lectores de este libro, salió de su rancho loca de dolor, desesperada, sollozando, corriendo, y se dirigió a la ventura por entre los escombros que el incendio iba hacinando, por entre los habitantes que huían despavoridos, por entre el humo, las llamas y los soldados chilenos esparcidos por la ciudad.
Llegó al malecón y sus ojos preñados de lágrimas se perdieron en la negra inmensidad del mar, iluminado a trechos por el incendio, y que parecía gemir por la destrucción de su villa favorita.
Bajó rápidamente el empinado camino que conduce a los baños, y entrando resuelta al pequeño muelle que queda a la izquierda, se arrojó de cabeza en el abismo. Las olas la envolvieron amorosamente en sábana de espuma y le sirvieron de lecho funerario. La luna besó con su rayo fugitivo y tembloroso sus labios profanados, y dejó gotas de luz que semejaban perlas en sus rubios cabellos.
Dos días después unos pobres pescadores encontraron su cuerpo y le dieron piadosa sepultura en las orillas del mar...
(*) De Nuestros Héroes de la Guerra del Pacífico. Episodios Nacionales. Esta historia data de finales de siglo XIX o principios del siglo XX, su veracidad es muy probable. No se ha investigado al respecto. Pero desde aquellos tiempos se hablaba de violaciones.
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A las seis, casi ya oscuro, una compañía del batallón “Buín”, cansada de saquear almacenes, se desparramó por el malecón y por las calles adyacentes a la plaza de la (Iglesia) Matriz. Los ranchos cerrados todos, semejaban grandes mausoleos de un inmenso cementerio. Uno de esos ranchos adornado con estatuas de mármol, llamó la atención de un sargento y cuatro soldados, quienes escalaron la verja, pintada de verde y oro, y penetraron en el patio adornado con plantas raras, avanzando hasta la puerta de cristales de colores del salón, que echaron abajo a culatazos, penetrando como un alud en la elegante casa que parecía abandonada. En un instante desgarraron las ricas colgaduras de damasco y recogieron en mantas, que llevaban preparadas al efecto, todos los objetos de valores y de lujo que adornaban las rinconeras y salones. Uno de esos hombres disparó contra un magnífico espejo de luna de Venecia, espantado al ver reproducida en él su propia figura.
Después se lanzaron a los dormitorios. En uno de ellos, arrodillada ante un bello cuadro de la Virgen de Dolores, se hallaba una anciana de noble fisonomía, que al sentir los pasos de aquellos bandidos se levantó y volvió hacía ellos.
El sargento se detuvo un instante; pero luego, ebrio como se hallaba...
• Vamos abuela, dijo, vengan las llaves de las cómodas y de todos los muebles.
La anciana se sonrió con desprecio, y arrancando de su cintura un manojo de llaves, lo arrojó a las plantas de aquel hombre.
Uno de los soldados avanzó a recogerlas, pero antes cometió la indignidad de dar un terrible puñetazo en el pecho de la dama, que rodó como una masa inerme, arrojando sangre por la boca.
Al ruido de su caída abríose violentamente una puerta oculta por elegante colgadura de encajes, y apareció en el umbral una mujer de extraordinaria belleza, que representaba veintidós años a lo sumo, la cual al ver a la anciana en un lago de sangre, lanzó un grito de espanto y corrió a arrodillarse junto a ella.
La escena que se siguió es de aquellas que las plumas de un escritor honrado se resiste a trazar. Los soldados chilenos rodearon el interesante y poético grupo, y entre las palabras de un cinismo horroroso y risas bestiales, sujetaron a la joven, rasgaron sus ropas, y uno en pos de otro violaron ese cuerpo de diosa, sin hacer caso si de los gritos desgarradores de la desdichada, ni de sus súplicas, llenas de lágrimas, ni de sus inútiles amenazas.
Después corrieron por toda la casa, rompiendo los espejos y armarios, descerrajando muebles y destruyéndolo todo por el placer brutal que siente el que no poseyendo nada no quiere que otros tengan más.
La mujer ultrajada se incorporó penosamente, con la faz lívida, los ojos inyectados de sangre, el seno lleno de cardenales, la cabellera suelta y las manos agitadas por temblor nervioso que la sacudía, como sucede a las flores el viento huracanado de las cordilleras.
Parecía la imagen del terror y la desolación.
A través del vestido rasgado en cien partes, se veían palpitar las carnes de una blancura marfil.
En el instante de ponerse en pie, su mano tropezó con un Rémington olvidado por alguno de aquellos miserables... Entonces algo como una sonrisa crispó su boca llena de espuma. Empuñó el arma y entró resueltamente, con ella preparada, a la habitación contigua. En otra interior sus salvajes violadores, que habían encontrado muchas botellas de buen vino, bebían hasta rodar ebrios, sin darse más trabajo que el de romper el gollote de esas botellas.
Ella esperó con los ojos de loca fijos en el cuadro innoble, que todos cayeran ebrios, y cuando los vio tirados por los suelos y medios muertos por el efecto enervante del alcohol, entró y apoyando el cañón del rifle en la sien del sargento, le voló los sesos. Después mató a otro de aquellos infames. Al ruido de las dos detonaciones, los otros tres se incorporaron con la pesadez natural de la borrachera y quisieron defenderse, pero ella con fuerza sobrenatural para sus años y delicada complexión, les rompió la cabeza a culatazos. Los sesos de esos hombres mancharon el pavimento de Nola de la habitación, y los cadáveres quedaron allí tendidos. La joven volvió con lento paso al dormitorio, se inclinó sobre el cuerpo ya frío de la anciana, la besó en la frente y salió de la casa maldita echándose un manto sobre los desnudos hombros.
Al pasar por el patio tuvo que apoyar su mano ensangrentada en la pared para no caer, pues sentía que la vida se le iba, que la razón la abandonaba. Muchos años después podía aún verse la mano sangrienta ennegrecida por el polvo en las ruinas de aquel palacio espléndido, que muy pronto iba a ser pasto de las llamas.
La noche había llegado, y con ella todos los horrores del incendio, saqueo y destrucción de Chorrillos.
Los palacios de mármol y de maderas finas fueron volados con dinamita, las tiendas descerrajadas, las mujeres insultadas y violadas, los hombres asesinados sin misericordia, sin que se salvaran ni siquiera los extranjeros. Los niños eran reventados a puntapiés o estrellados contra las paredes, las estatuas despedazadas, los vidrios rotos a culatazos. Los vencedores recorrían la ciudad con antorchas improvisadas que les servían para alumbrarse el camino y aplicar fuego a los edificios. Gritos de muerte resonaban por todas partes, entre el crujir de los techos que se desplomaban, de los balcones que se desprendían y de las puertas que caían con estrépito. Baquedano había cumplido su palabra a sus rotos. Les había entregado Chorrillos, que es como si el Rey Guillermo y Moltke hubieran entregado Versalles a los alemanes, después de Sedán. Grupo de mujeres perseguidas por soldados enloquecidos por el alcohol, corrían por las calles casi desnudas y sin aliento.
Algunos italianos y franceses intentaron defenderse con los picos y lampas que vendían en sus tiendas, pero fueron muertos a balazos y repasados luego con los corvos.
Los reflejos del incendio se percibían desde Lima. Cáceres y Canevaro propusieron al dictador Piérola atacar a los vencedores en medio de la siniestra orgía, pero el permiso les fue negado. Indudablemente el plan concebido por los dos valientes militares hubiera tenido buen éxito, pues los chilenos entregados al saqueo, a la ebriedad y al pillaje, no habrían tenido aliento para organizarse y resistir... ¿Por qué no se hizo eso?... ¡Ah! ¡Cuan inmensa es ante la historia la responsabilidad de ciertos hombres!
...
Figura retórica o verdad histórica, el hecho es que los perfumes de amor, virtud, heroísmo y muerte, que se desprendieron del incendio de Chorrillos, llenan aun el ambiente desde el polo Ártico hasta Magallanes, recordando el valor peruano y la crueldad chilena, en esos días de fúnebre dolor, que se conmemoran en las fechas que dejamos apuntadas al comenzar este capítulo (13 de enero de 1881) y que obligan al escritor imparcial a teñir la pluma en la sangre de mil mártires, para escribir con esa tinta terrible, una página gloriosa y tristísimo de la historia del Perú!...
La mujer a quien en líneas anteriores presentamos a los lectores de este libro, salió de su rancho loca de dolor, desesperada, sollozando, corriendo, y se dirigió a la ventura por entre los escombros que el incendio iba hacinando, por entre los habitantes que huían despavoridos, por entre el humo, las llamas y los soldados chilenos esparcidos por la ciudad.
Llegó al malecón y sus ojos preñados de lágrimas se perdieron en la negra inmensidad del mar, iluminado a trechos por el incendio, y que parecía gemir por la destrucción de su villa favorita.
Bajó rápidamente el empinado camino que conduce a los baños, y entrando resuelta al pequeño muelle que queda a la izquierda, se arrojó de cabeza en el abismo. Las olas la envolvieron amorosamente en sábana de espuma y le sirvieron de lecho funerario. La luna besó con su rayo fugitivo y tembloroso sus labios profanados, y dejó gotas de luz que semejaban perlas en sus rubios cabellos.
Dos días después unos pobres pescadores encontraron su cuerpo y le dieron piadosa sepultura en las orillas del mar...
(*) De Nuestros Héroes de la Guerra del Pacífico. Episodios Nacionales. Esta historia data de finales de siglo XIX o principios del siglo XX, su veracidad es muy probable. No se ha investigado al respecto. Pero desde aquellos tiempos se hablaba de violaciones.
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Documentos relacionados con la vida en Lima en 1879
Editorial del diario “La Patria”
La tramoya política a que hemos asistido en los días últimos está descubierta a toda luz.
El voto de censura presentado ayer en la Cámara de Diputados viene a darnos por entero la clave de todo aquel ruido, de todo aquel aparato escénico, de toda aquella irritación contra el fraude y aquel santo cielo por la moral pública de que se ha hecho lujo a propósito del Banco Nacional del Perú.
¿Con que todo ello estaba encaminado a derribar al Ministro de Hacienda, hallando pie para fulminar el ambicionado voto de censura contra el señor Químper?
Ya lo vemos. La Cámara se ha encargado de hacérnoslo conocer. (…). Lo sabe todo el mundo. El voto de censura estaba decretado contra el señor Químper desde el mismo día que aceptó la cartera y aún antes de reunirse las Cámaras Legislativas”.
(*) Guillermo Thorndike, “1879”, Libre-1 Editores S.R.L., Lima, 1977, pág. 365.
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La tramoya política a que hemos asistido en los días últimos está descubierta a toda luz.
El voto de censura presentado ayer en la Cámara de Diputados viene a darnos por entero la clave de todo aquel ruido, de todo aquel aparato escénico, de toda aquella irritación contra el fraude y aquel santo cielo por la moral pública de que se ha hecho lujo a propósito del Banco Nacional del Perú.
¿Con que todo ello estaba encaminado a derribar al Ministro de Hacienda, hallando pie para fulminar el ambicionado voto de censura contra el señor Químper?
Ya lo vemos. La Cámara se ha encargado de hacérnoslo conocer. (…). Lo sabe todo el mundo. El voto de censura estaba decretado contra el señor Químper desde el mismo día que aceptó la cartera y aún antes de reunirse las Cámaras Legislativas”.
(*) Guillermo Thorndike, “1879”, Libre-1 Editores S.R.L., Lima, 1977, pág. 365.
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La tragedia del fusilamiento de los garibaldinos italianos
Este relato hecho por sobrevivientes del incendio de Chorrillos, fue publicado en: Rivista Italo Peruviana di scienze, lettere, arti e varietà Anno X, 1922 Lima, 1ª e 2ª Quindicina di Gennaio 1922 Numeri 213-214 version original en italiano, traduccion de el Dr. Polverino de la Universidad de Pissa Italia)
"...Un grito desde lejos, como el cupo fragor que anuncia el terremoto, envuelve el pueblo, fragor y sibilantes, pues, fuego.
Lenguas de fuego y espirales de humo negro nacían por todas partes en el pueblo. La destrucción y la muerte bailaban. Un grupo de niños aterrorizados y atontados por el terror se volcaron gritando hacia el portón de la “Garibaldi”. ¡Bomberos! ¡Bomberos! nuestra casa arde. Todo arde y a todos matan, una vez entraron se dejaron caer al suelo como heridos. Bien, respondió el capitán Rossi, ¡Ya vamos! El sonido garibaldino llamó a todos. Una solo orden: salgamos todos con las mangueras; desde el mirador del cuartel donde, flojo y sin viento pendía la banderita de la compañía, se podía muy bien observar los rojos humos, que cada minuto, aumentaban entre tierra y cielo. En las plazas, por las calles, tétrica soledad; solo los plombos individuos corrían escalofriantes de una punta a la otra. Luca Chiappe, caporal de escaleras, jovencito casi un púber, habiendo visto arder la pulpería de su padre, en la esquina de la calle, quería de todas formas llevar allí los bomberos y apagar el fuego. Un grito del comandante lo paró en el impulso: ¡tú harás lo que yo diga! ¡Aquí todo se quema, y no solo la de tu padre!, el chico calló. Pero, recién salido abandonó la rueda que traía con los brazos y corrió con el aire a contener el fuego que devoraba la esquina. Atrás del vórtice de humo había podio ver la cara enloquecida de Zoraida, encerrada en casa y condenada ardía viva en el fuego.
... al doblar la calle del tren cerca de la maravillosa tienda que antes fue del cogorniense Queirolo, los bomberos empezaron a inundar el enorme incendio que ya se había propagado a toda la manzana. El crepitar del agua humosa sobre las ruinas, fue en seguida recubierto por gritos y disparos. Un gran número de lanceros aun con picos en la mano corrieron....
Zoralda, la estupenda hija de Ognio, de que estaba enamorado desde cuando ella vino de Italia. A Ognio se le habían adelantado. Estaba en el suelo a la entrada de la casa con el cráneo partido.
....A Chiappe le cayeron por en cima dos sargentos del “Buín” que le tiraron todas las balas de los fusiles: recogieron lo que quedaba de los muertos, se lo llevaron en frente al coronel Fuenzalida, jurando que habían sido asaltados por diablos vestidos de colorado. Un oficial sucio de vomito y de tierra del saqueo, vio a los bomberos con el gorro rojo, empezó a gritar y hacer ruido con la pistola: Los garibaldinos de Garibaldi nos atacan, y se escondió entre los suyos. Aun eran los tiempos en que el solo nombre de garibaldinos daba miedo.
Para mala suerte de ellos mismos salió la condena: ¡No somos garibaldinos, somos bomberos! ¡No atacamos a nadie!, se desnudaron los cuchillos delante de ellos para quitarles la vida. ¿Qué quieren los bomberitos?. Cazadores, militares de artillería, marineros chilenos del equipo, se juntaron.
Aparentemente, no se corría ningún riesgo. La manguera fue volcada.
La manguera se rompió con la caída y la ola de vapor ampolló a los más cercanos. Cipollini, Leopardi, Nerini, asfixiados, llevaron las manos a los ojos. No vieron los corvos que se alzaron debajo de sus gargantas.
Se les tiraron encima como serpientes inutilizando las mangueras cortándolas en piezas, fueron rotas con rabia. Los bomberos que estaban sentados y los que estaban atrapados entre las mangueras rotas y el fuego, fueron rodeados apuntándoles con las bayonetas y puestos presos. Los más alejados, tiraron el uniforme y consiguieron de escapar; la confusión era tal que nadie pudo verles. Un inmenso clamor cubrió los otros inmensos clamores: ¡Los garibaldinos prisioneros! ¡Garibaldi prisionero!
Estas palabras, las repitió tambien Pallora Renard. Un gran número de oficiales a caballo, que venían desde las defensas de Monterrico, sin saber ni preguntar nada, se pusieron a pegar a los inermes, y después, los ataron a las colas de los caballos y los tiraron por el suelo al galope en frente de Lynch, gritando ¡Francos tiradores Italianos!
De esta infamante acusación, dictada por todas la las iniquidades de la guerra y de la cobardía humana juntas, nunca se ha podido entender mucho. La legación italiana de Lima, el comandante de la Piro Corvetta Colombo, Jefe de la escuadra italiana anclada en el Callao, se enteraron tres días mas tarde. Ocho las victimas, fueron: Angelo Descalzi, Guiseppe Orengo. Egidio Valentino, Astrana Lorenzo, Paolo Marsano, Paolo Risso, Giovanni Pali, Filippo Bargna, acusados de alta traición, de haber usado las armas contra los militares chilenos; fueron fusilados la mañana del 14 de enero del 1881, atrás las puertas del Panteón del viejo Chorrillos.
[editar]Parte militar chileno de Francisco Barceló. Comandancia de la 2ª Brigada de la 3ª División Chilena, sobre la batalla de San Juan
Lima, 20 de enero de 1881
“Me encaminé al morro i en el frente que se eleva sobre el mar encontré parte del batallón Caupulicón i regimiento Santiago, dándome cuenta, el comandante de este último, de los ataques que se relacionan en su parte adjunto, y me presentó 632 prisioneros; de ellos, 29 jefes y oficiales, 13 italianos y 590 soldados peruanos, i a mas un estandarte bordado sin nombre de cuerpo”.
Los nombres de estos 13 valerosos italianos que fueron fusilados se encuentran escritos en el centro del Parque Fátima o Parque de los Héroes Chorrillanos en el distrito de Chorrilos que se encuentra en la ciudad de Lima capital del Perú ,en la actualidad se encuentra en una precaria situación , ya ni los nombres de esos valientes hombres se nota .
"...Un grito desde lejos, como el cupo fragor que anuncia el terremoto, envuelve el pueblo, fragor y sibilantes, pues, fuego.
Lenguas de fuego y espirales de humo negro nacían por todas partes en el pueblo. La destrucción y la muerte bailaban. Un grupo de niños aterrorizados y atontados por el terror se volcaron gritando hacia el portón de la “Garibaldi”. ¡Bomberos! ¡Bomberos! nuestra casa arde. Todo arde y a todos matan, una vez entraron se dejaron caer al suelo como heridos. Bien, respondió el capitán Rossi, ¡Ya vamos! El sonido garibaldino llamó a todos. Una solo orden: salgamos todos con las mangueras; desde el mirador del cuartel donde, flojo y sin viento pendía la banderita de la compañía, se podía muy bien observar los rojos humos, que cada minuto, aumentaban entre tierra y cielo. En las plazas, por las calles, tétrica soledad; solo los plombos individuos corrían escalofriantes de una punta a la otra. Luca Chiappe, caporal de escaleras, jovencito casi un púber, habiendo visto arder la pulpería de su padre, en la esquina de la calle, quería de todas formas llevar allí los bomberos y apagar el fuego. Un grito del comandante lo paró en el impulso: ¡tú harás lo que yo diga! ¡Aquí todo se quema, y no solo la de tu padre!, el chico calló. Pero, recién salido abandonó la rueda que traía con los brazos y corrió con el aire a contener el fuego que devoraba la esquina. Atrás del vórtice de humo había podio ver la cara enloquecida de Zoraida, encerrada en casa y condenada ardía viva en el fuego.
... al doblar la calle del tren cerca de la maravillosa tienda que antes fue del cogorniense Queirolo, los bomberos empezaron a inundar el enorme incendio que ya se había propagado a toda la manzana. El crepitar del agua humosa sobre las ruinas, fue en seguida recubierto por gritos y disparos. Un gran número de lanceros aun con picos en la mano corrieron....
Zoralda, la estupenda hija de Ognio, de que estaba enamorado desde cuando ella vino de Italia. A Ognio se le habían adelantado. Estaba en el suelo a la entrada de la casa con el cráneo partido.
....A Chiappe le cayeron por en cima dos sargentos del “Buín” que le tiraron todas las balas de los fusiles: recogieron lo que quedaba de los muertos, se lo llevaron en frente al coronel Fuenzalida, jurando que habían sido asaltados por diablos vestidos de colorado. Un oficial sucio de vomito y de tierra del saqueo, vio a los bomberos con el gorro rojo, empezó a gritar y hacer ruido con la pistola: Los garibaldinos de Garibaldi nos atacan, y se escondió entre los suyos. Aun eran los tiempos en que el solo nombre de garibaldinos daba miedo.
Para mala suerte de ellos mismos salió la condena: ¡No somos garibaldinos, somos bomberos! ¡No atacamos a nadie!, se desnudaron los cuchillos delante de ellos para quitarles la vida. ¿Qué quieren los bomberitos?. Cazadores, militares de artillería, marineros chilenos del equipo, se juntaron.
Aparentemente, no se corría ningún riesgo. La manguera fue volcada.
La manguera se rompió con la caída y la ola de vapor ampolló a los más cercanos. Cipollini, Leopardi, Nerini, asfixiados, llevaron las manos a los ojos. No vieron los corvos que se alzaron debajo de sus gargantas.
Se les tiraron encima como serpientes inutilizando las mangueras cortándolas en piezas, fueron rotas con rabia. Los bomberos que estaban sentados y los que estaban atrapados entre las mangueras rotas y el fuego, fueron rodeados apuntándoles con las bayonetas y puestos presos. Los más alejados, tiraron el uniforme y consiguieron de escapar; la confusión era tal que nadie pudo verles. Un inmenso clamor cubrió los otros inmensos clamores: ¡Los garibaldinos prisioneros! ¡Garibaldi prisionero!
Estas palabras, las repitió tambien Pallora Renard. Un gran número de oficiales a caballo, que venían desde las defensas de Monterrico, sin saber ni preguntar nada, se pusieron a pegar a los inermes, y después, los ataron a las colas de los caballos y los tiraron por el suelo al galope en frente de Lynch, gritando ¡Francos tiradores Italianos!
De esta infamante acusación, dictada por todas la las iniquidades de la guerra y de la cobardía humana juntas, nunca se ha podido entender mucho. La legación italiana de Lima, el comandante de la Piro Corvetta Colombo, Jefe de la escuadra italiana anclada en el Callao, se enteraron tres días mas tarde. Ocho las victimas, fueron: Angelo Descalzi, Guiseppe Orengo. Egidio Valentino, Astrana Lorenzo, Paolo Marsano, Paolo Risso, Giovanni Pali, Filippo Bargna, acusados de alta traición, de haber usado las armas contra los militares chilenos; fueron fusilados la mañana del 14 de enero del 1881, atrás las puertas del Panteón del viejo Chorrillos.
[editar]Parte militar chileno de Francisco Barceló. Comandancia de la 2ª Brigada de la 3ª División Chilena, sobre la batalla de San Juan
Lima, 20 de enero de 1881
“Me encaminé al morro i en el frente que se eleva sobre el mar encontré parte del batallón Caupulicón i regimiento Santiago, dándome cuenta, el comandante de este último, de los ataques que se relacionan en su parte adjunto, y me presentó 632 prisioneros; de ellos, 29 jefes y oficiales, 13 italianos y 590 soldados peruanos, i a mas un estandarte bordado sin nombre de cuerpo”.
Los nombres de estos 13 valerosos italianos que fueron fusilados se encuentran escritos en el centro del Parque Fátima o Parque de los Héroes Chorrillanos en el distrito de Chorrilos que se encuentra en la ciudad de Lima capital del Perú ,en la actualidad se encuentra en una precaria situación , ya ni los nombres de esos valientes hombres se nota .
Editorial del diario británico "The Bullonist" de la ciudad de Londres aparecido en 1880.
"Habiendo Chile, por el éxito de la guerra, tomado posesión de la costa de Bolivia y de la provincia toda de Tarapacá en el Perú, interesa evidentemente a sus habitantes y a todas las naciones civilizadas y progresistas que lo posea permanentemente y que su Gobierno administre aquellos territorios.
El territorio boliviano contiguo a Chile, prácticamente no forma parte de Bolivia; está habitado únicamente por súbditos chilenos y separado del Estado a que pertenece por una inaccesible cordillera de montañas.
Su puerto en Antofagasta no sirve para la importación ni para la exportación del extenso interior de Bolivia, siendo el puerto de Arica, en el Perú, por donde Bolivia tiene su entrada y salida al Pacífico.
No se disputará que Bolivia tiene derecho a un puerto en la costa del Pacífico y la conveniencia de las cosas demuestra que debería tenerlo donde la naturaleza se lo ha dado con tanta justicia.
Dando a Bolivia una pequeña faja de territorio en el Océano Pacífico, incluyendo el puerto de Arica, será un excelente medio entre las dos repúblicas hermanas y la colocarán en estado de aumentar sus grandes recursos interiores por un puerto pequeño, seguro o independiente en la costa del Pacífico.
Suponiendo tal modificación de frontera como uno de los resultados probables de la guerra, la provincia de Tarapacá será separada de la República Peruana.
En la costa y en las islas adyacentes se encuentran los grandes depósitos de guano, hipotecados especialmente a los tenedores europeos de bonos por un empréstito que asciende ahora en capital e intereses atrasados a más de £ 40.000.000.
En el interior de esta provincia están los grandes depósitos de nitrato, en los cuales principalmente los ingleses han invertido £ 4.000.000.
Hasta el presente, como decíamos la semana pasada, estas grandes riquezas naturales, a causa de la mala administración del Gobierno Peruano, han sido para el país una maldición en vez de una bendición.
Si en el tratado de paz que debe hacerse luego entre Chile, Bolivia y Perú, el último cede irrevocablemente a los tenedores de bonos todos los depósitos de guano y nitrato existentes en la provincia de Tarapacá, recibiendo en cambio un finiquito de toda de deuda externa y certificados de nitrato, de manera que el Perú pueda comenzar una vida nueva, libre de toda dificultad financiera, habrían buenas esperanzas de la regeneración del país, porque el Gobierno y el pueblo aprenderían esta saludable lección: que una renta procedente de la industria honrada tiende más a la prosperidad permanente de una nación que todas las minas de oro y riquezas excepcionales.
La vecina república de Chile es un brillante ejemplo entre los estados sudamericanos de los benéficos efectos que provienen de la honradez, industria y probidad.
Bajo un gobierno semejante, los tenedores de bonos peruanos tienen la mejor garantía de que sus derechos serán respetados y los depósitos de guano y de nitrato administrados de manera que den a sus propietarios reales un pago sustancial.
Creyendo que este fin, que deseamos se llevará a cabo y que establecerá una paz permanente entre Chile, Perú y Bolivia, pedimos la anexión de Tarapacá a Chile, dando en cambio a Bolivia el puerto de Arica y al Perú el finiquito de su deuda externa.
Después del vergonzoso camino que el Perú ha seguido con sus acreedores, no puede esperar que se le trate como si hubiera sido siempre un Estado honrado.
No atraerá las simpatías del mundo civilizado por más que proteste; y Chile, el Estado vencedor, tiene ciertamente títulos para exigir la compensación por sus gastos y pérdidas”.
Fuente:.wikisource
El territorio boliviano contiguo a Chile, prácticamente no forma parte de Bolivia; está habitado únicamente por súbditos chilenos y separado del Estado a que pertenece por una inaccesible cordillera de montañas.
Su puerto en Antofagasta no sirve para la importación ni para la exportación del extenso interior de Bolivia, siendo el puerto de Arica, en el Perú, por donde Bolivia tiene su entrada y salida al Pacífico.
No se disputará que Bolivia tiene derecho a un puerto en la costa del Pacífico y la conveniencia de las cosas demuestra que debería tenerlo donde la naturaleza se lo ha dado con tanta justicia.
Dando a Bolivia una pequeña faja de territorio en el Océano Pacífico, incluyendo el puerto de Arica, será un excelente medio entre las dos repúblicas hermanas y la colocarán en estado de aumentar sus grandes recursos interiores por un puerto pequeño, seguro o independiente en la costa del Pacífico.
Suponiendo tal modificación de frontera como uno de los resultados probables de la guerra, la provincia de Tarapacá será separada de la República Peruana.
En la costa y en las islas adyacentes se encuentran los grandes depósitos de guano, hipotecados especialmente a los tenedores europeos de bonos por un empréstito que asciende ahora en capital e intereses atrasados a más de £ 40.000.000.
En el interior de esta provincia están los grandes depósitos de nitrato, en los cuales principalmente los ingleses han invertido £ 4.000.000.
Hasta el presente, como decíamos la semana pasada, estas grandes riquezas naturales, a causa de la mala administración del Gobierno Peruano, han sido para el país una maldición en vez de una bendición.
Si en el tratado de paz que debe hacerse luego entre Chile, Bolivia y Perú, el último cede irrevocablemente a los tenedores de bonos todos los depósitos de guano y nitrato existentes en la provincia de Tarapacá, recibiendo en cambio un finiquito de toda de deuda externa y certificados de nitrato, de manera que el Perú pueda comenzar una vida nueva, libre de toda dificultad financiera, habrían buenas esperanzas de la regeneración del país, porque el Gobierno y el pueblo aprenderían esta saludable lección: que una renta procedente de la industria honrada tiende más a la prosperidad permanente de una nación que todas las minas de oro y riquezas excepcionales.
La vecina república de Chile es un brillante ejemplo entre los estados sudamericanos de los benéficos efectos que provienen de la honradez, industria y probidad.
Bajo un gobierno semejante, los tenedores de bonos peruanos tienen la mejor garantía de que sus derechos serán respetados y los depósitos de guano y de nitrato administrados de manera que den a sus propietarios reales un pago sustancial.
Creyendo que este fin, que deseamos se llevará a cabo y que establecerá una paz permanente entre Chile, Perú y Bolivia, pedimos la anexión de Tarapacá a Chile, dando en cambio a Bolivia el puerto de Arica y al Perú el finiquito de su deuda externa.
Después del vergonzoso camino que el Perú ha seguido con sus acreedores, no puede esperar que se le trate como si hubiera sido siempre un Estado honrado.
No atraerá las simpatías del mundo civilizado por más que proteste; y Chile, el Estado vencedor, tiene ciertamente títulos para exigir la compensación por sus gastos y pérdidas”.
Fuente:.wikisource
Declaratoria de guerra del gobierno Chile al gobierno del Perú (Guerra del Pacífico)
Declaratoria de Guerra
Santiago, Abril 5 de 1879 - Señor Intendente: en virtud de la facultad que me confiere el número 18 del artículo 82 de la Constitución del Estado y la ley del cuatro del presente:
He acordado y decreto:
El Gobierno de Chile declara la guerra al Gobierno del Perú. El Ministro de Relaciones Exteriores comunicará a las naciones amigas esta declaración, exponiendo los justos motivos de la guerra; y el del Interior la hará llegar a noticia de los ciudadanos de la República, mandándola publicar con la solemnidad debida.
Dado en Santiago, el día 5 de Abril de 1879: -A. Pinto. -B. Prats. -Alejandro Fierro. -C. Saavedra. -J. Blest Gana. -Julio Zegers.
Fuente: Wikisource.
Santiago, Abril 5 de 1879 - Señor Intendente: en virtud de la facultad que me confiere el número 18 del artículo 82 de la Constitución del Estado y la ley del cuatro del presente:
He acordado y decreto:
El Gobierno de Chile declara la guerra al Gobierno del Perú. El Ministro de Relaciones Exteriores comunicará a las naciones amigas esta declaración, exponiendo los justos motivos de la guerra; y el del Interior la hará llegar a noticia de los ciudadanos de la República, mandándola publicar con la solemnidad debida.
Dado en Santiago, el día 5 de Abril de 1879: -A. Pinto. -B. Prats. -Alejandro Fierro. -C. Saavedra. -J. Blest Gana. -Julio Zegers.
Fuente: Wikisource.
Gobernantes del Perú durante la guerra del pacífico:
Gobernantes del Perú durante la guerra del pacifico:
a) Mariano Ignacio Prada:viajo a Europa con el pretexto de gestionar créditos para adquirir buques y armas y no regreso hasta que concluyera la guerra , luego uno de sus hijo de él llegaría a ser presidente del Perú .
La prensa de la época y los partidarios de Piérola, rival político de Prado, lo acusaron de haber fugado del país con dineros del erario público.
b) Luis la Puerta: reemplazo a prado en la presidencia por breves días. Fue destituido y reemplazado por Nicolás de Piérola.
c) Nicolás de Piérola: le apodaban El Califa ,recibió el cargo de jefe supremo de la república con carácter de dictador, dirigió la defensa de lima. Cuando los chilenos ocuparon la capital, Piérola se traslado a Ayacucho.
d) francisco García calderón: designado por los vecinos de lima presidente de la república. Estableció la sede de su gobierno en magdalena. Inicio tratos
de paz con los chilenos, pero sin cesión territorial. Los invasores lo apresaron y
lo enviaron a chile.
e) Lizardo Montero: asumió el mando en Arequipa, mientras tanto en la sierra, Cáceres se pronuncio contra Piérola.
f) Miguel Iglesias: fue designado presidente regenerador con atribuciones especiales para negociar la paz con chile. Los chilenos reconocieron al gobierno de iglesias, que luego sería vencido por Cáceres .
a) Mariano Ignacio Prada:viajo a Europa con el pretexto de gestionar créditos para adquirir buques y armas y no regreso hasta que concluyera la guerra , luego uno de sus hijo de él llegaría a ser presidente del Perú .
La prensa de la época y los partidarios de Piérola, rival político de Prado, lo acusaron de haber fugado del país con dineros del erario público.
b) Luis la Puerta: reemplazo a prado en la presidencia por breves días. Fue destituido y reemplazado por Nicolás de Piérola.
c) Nicolás de Piérola: le apodaban El Califa ,recibió el cargo de jefe supremo de la república con carácter de dictador, dirigió la defensa de lima. Cuando los chilenos ocuparon la capital, Piérola se traslado a Ayacucho.
d) francisco García calderón: designado por los vecinos de lima presidente de la república. Estableció la sede de su gobierno en magdalena. Inicio tratos
de paz con los chilenos, pero sin cesión territorial. Los invasores lo apresaron y
lo enviaron a chile.
e) Lizardo Montero: asumió el mando en Arequipa, mientras tanto en la sierra, Cáceres se pronuncio contra Piérola.
f) Miguel Iglesias: fue designado presidente regenerador con atribuciones especiales para negociar la paz con chile. Los chilenos reconocieron al gobierno de iglesias, que luego sería vencido por Cáceres .
jueves, 23 de diciembre de 2010
Personajes importantes de la Guerra del Pacífico
Migual Grau (nacio en Paita, Perú, el 27 de julio de 1834 - murio en Punta Angamos, Bolivia, el 8 de octubre de 1879)
Francisco Bolognesi Cervantes
Alfonso Ugarte Verna (13 de julio de 1847 - 7 de junio de 1880)
Mariano Ignacio Prado, Presidente del Perú (1876-1879)
Aníbal Pinto, Presidente de Chile (1876-1881)
Hilarión Daza, Presidente de Bolivia (1876-1879)
Nicolás Fernández de Piérola Villena (Provincia de Camaná, Arequipa, 5 de enero de 1839 - Lima, 1913)
Andrés Avelino Cáceres Dorregaray (* Ayacucho, 10 de noviembre de 1836 - † Lima, 10 de octubre de 1923)
Agustín Arturo Prat Chacón (Hacienda San Agustín de Puñual, Ninhue, Chile, 3 de abril de 1848, - Iquique,1 21 de mayo de 1879)
Ignacio José Carrera Pinto ( * Santiago, Chile, 5 de febrero de 1848 - † Concepción,1 Perú, 10 de julio de 1882
Miguel Iglesias Pino de Arce (Celendín, 11 de junio de 1830 - † Lima, 7 de noviembre de 1909).
Leoncio Prado Gutiérrez (*Huánuco, 24 de agosto de 1853 - † Huamachuco, 15 de julio de 1883)
Patricio Javier de los Dolores Lynch Solo de Zaldívar (Santiago de Chile, 1 de diciembre de 1824 - alta mar, cerca de Tenerife, 13 de mayo de 1886)
Este conflicto costo las vidas humanas de 14.000 a 23.000 muertos a lo largo de la guerra , sin contar los heridos .
LA GUERRA DEL PACIFICO
La Guerra del Pacífico fue un conflicto armado acontecido entre 1879 y 1883 en el cual se enfrentaron la República de Chile contra las repúblicas del Perú y de Bolivia. También se la ha denominado Guerra del Guano y Salitre.
En abril de 1879, las jóvenes repúblicas sudamericanas del Pacífico; Bolivia, Chile y el Perú, que apenas treinta años atrás se habían enfrentado en la llamada Guerra de la Confederación por el predominio comercial en las costas del Pacífico Occidental, iniciaron uno de los conflictos más largos, cruentos y costosos en la historia de América Latina, cuyas causas radicaban en las políticas emprendidas por los gobiernos de La Paz y Santiago sobre el territorio de Atacama, entonces bajo soberanía boliviana.
Poco después de emerger como Estados independientes, Bolivia y Chile mantuvieron diferencias en cuanto a los límites que los dividían en la franja costera. La interpretación chilena establecía que su territorio alcanzaba hasta el paralelo 23 de latitud sur, mientras que para los bolivianos el límite se fijaba en el paralelo 26. La situación se complicó cuando en las tierras en disputa se descubrieron importantes yacimientos de salitre, que era un codiciado nitrato utilizado como fertilizante y para la fabricación de pólvora.
Este conflicto fue uno de los conflictos más terribles que vivió América Latina y dejo grandes heridas abiertas entre los distintos actores del conflicto , que costo la vida a miles de personas de los tres países beligerantes .
Fue un conflicto con tres historias diferentes ,pero todos con un final trágico de sufrimiento y muerte en las batallas que libraron los ejércitos de los tres países beligerantes que se enfrentaron .
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Túpac Amaru II
José Gabriel Condorcanqui Noguera (Tinta, Perú, 19 de marzo de 1738 - Cuzco, 18 de mayo de 1781) mayormente conocido como "Túpac Amaru II", fue un caudillo líder de la mayor rebelión indígena anticolonial que se dio en América durante el siglo XVIII, usó indistintamente los dos nombres.1
Cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado, dedicado al comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo en el que confluía la sangre del Sapa inca Túpac Amaru con la de los criollos. De hecho, durante una gran parte de su vida, habiendo sido criado hasta los 12 años por el sacerdote criollo Antonio López de Sosa y luego en el Colegio San Francisco de Borja, mostró preferencia por lo criollo, llegando a dominar el latín y utilizando refinadas vestimentas hispanas,2 pero posteriormente se vistió como un noble inca y fue excomulgado de la Iglesia Católica.
Encabezó el mayor movimiento de corte indigenista e independentista en el Virreinato del Perú. Fue el primero en pedir la libertad de toda América de cualquier dependencia, tanto de España como de su monarca, implicando esto no sólo la mera separación política sino la eliminación de diversas formas de explotación indígena (mita minera, reparto de mercancías, obrajes) así como de los corregimientos, alcabalas y aduanas (10 de noviembre de 1780). Además decretó la abolición de la esclavitud negra por primera vez en América (16 de noviembre de 1780). Su movimiento constituyó un parteaguas, debido al cual las autoridades coloniales eliminaron a la clase indígena noble y acrecentaron la represión contra lo andino, por el temor de que algo así volviera a repetirse.
En Perú ha sido reconocido como el fundador de la identidad nacional1 peruana. Fue una figura capital para el régimen velasquista (1968-1975) y desde entonces ha permanecido en el imaginario popular reivindicado
Fuente : Wikipedia
Juan Santos Atahualpa
Juan Santos Atahualpa (c. 1710 - c. 1756) fue el dirigente quechua de una importante rebelión indígena en el Perú. Se dice que fue descendiente inca nacido en Cuzco y criado por los jesuitas. Aprendió castellano y latín. También se dice que viajó a España, Angola, Inglaterra y Francia. Regresó al Perú y allí fomentó una rebelión al comparar el viejo mundo con la dominación española ejercida en Perú. Se dice que estuvo relacionado con los ingleses pues al iniciar la lucha de la libertad se vio por las costas del virreinato la nave del inglés Jorge Anso.Se estableció en Chanchamayo en 1742. La rebelión logró congregar a los pueblos de la selva central Ashaninka, Yanesha y hasta Shipibo. Se hizo proclamar Apu Inca, descendiente de Atahualpa. Su meta era restaurar el Imperio inca aniquilando a los españoles y sus costumbres. En junio del mismo año estalló el movimiento libertario. El primer objetivo fue la reducción de Eneno, para luego seguir con Matranza, Quispango, Pichana y Nijandaris.
Juan Santos Atahualpa nunca fue capturado por los españoles ,pero misteriosamente desaparecio en la intrincada selva , no se sabe que paso con él , se rumoreaba de que los mismos nativos lo habían asesinado o que había muerto a una edad avanzada en lo más profundo y remoto de la selva peruana .
El recuerdo de Juan Santos Atahualpa esta aun muy presente en nuestra selva peruana .
Fuente:Wikipedia y escrito por Arturito
Túpac Amaru I
Túpac Amaru , también llamado Thupa Amaro (Thupaq Amaru en la moderna quechua ) (muerto en 1572), fue el líder indígena último de los incas del Estado en Perú
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA EN LA COLONIA ORGANIZACIÓN POLITICA Y ADMINISTRATIVA EN LA ETAPA COLONIAL DEL PERU.
Una vez establecido el Virreynato del Perú (por la Real cedula firmada en Barcelona el 20 de noviembre de 1542). Este limitaba por el norte con el virreinato de México y el Mar Caribe, por el sur con la Antártida, por el oeste con el océano pacifico y, por el este con la gobernación de Venezuela, la llanura Amazónica y el océano atlántico.
Al establecerse la extensión territorial del Virreynato, el primer representante del Rey fue Blasco Núñez de Vela (nominada por real cedula del 1 de marzo de 1543). Después de el se sucedieron 39 virreyes, siendo el ultimo José de La Serna (quien regreso a Europa luego de la proclamación de la independencia del Perú en 1824).
En el virreinato del Perú, Lima fue el centro del poderío Español. En Lima estaba concentrado el poder: político, económico, militar, social y cultural. La organización Política del Gobierno Colonial se encontraba representada por:
1.- EL REY.
El rey de España tenía la facultad de legislar, llamar a la guerra, administrar justicia, acuñar moneda y dirigir la economía del estado. Ejercía el poder absoluto y fue la máxima autoridad y jefe absoluto del reino.
Para los españoles, el poder del Rey era un poder divino, de acuerdo a las doctrinas de San Pablo y a las declaraciones de las Cortes.
Durante el tiempo que el Perú fue colonia de España (desde 1532 hasta 1821), se había sucedido un cambio dinástico en la genealogía real española; la casa de los Habsburgo (austriaca) fue reemplazada por la de Borbón (francesa).
2.- ORGANISMOS CENTRALES.
EL CONSEJO DE INDIAS:
Creado en 1511 por Carlos VI, este consejo tenía jurisdicción sobre todos los asuntos coloniales.
A este consejo llegaban, para su aprobación las leyes y ordenanzas destinadas para los administradores del gobierno colonial en América.
El consejo de indias proponía ternas al rey, cuando se encontraba vacante un puesto administrativo o legislativo.
El consejo de indias cumplió también una función religiosa ya que se encargo de la cristianización de los indígenas, su conservación personal, y trato humano.
El consejo estaba conformado por: Un presidente, consejeros letrados y el cuerpo administrativo; además completaban esta organización; el cronista mayor (quien iba escribiendo la historia de las indias) y, el cosmógrafo (quien debía ser un catedrático universitario de matemáticas, este debía estudiar y señalar las rutas de navegación, precisar la geografía y los productos y costumbres que se sucedían en estos lugares).
Tanto el cronista mayor como el cosmógrafo entregaban anualmente los trabajos que redactaban.
LA CASA DE CONTRATACION DE SEVILLA.
Creada en 1503; sin embargo, quedo bajo la tutela del Consejo de Indias, a quien Carlos V le otorga mayor poder, limitándose solo a asuntos comerciales propiciando el monopolio exclusivo entre España y sus colonias.
Fue un órgano de gobierno especial para todos los asuntos relacionados con el comercio con las Indias y la organización de expediciones. Estaba subordinada al consejo de Indias. Sus atribuciones fueron:
Registrar todos los barcos, tripulantes y cargas que venían con destino a las indias.
Controlar el comercio establecido entre España y el Virreynato.
Fomentar el intercambio comercial y mercantil.
Vigilar la capacidad técnica de los pilotos.
Organizo las flotas y cobrar impuestos de avería y de aduanas.
3.- LA ADMINISTRACION LOCAL.
EL VIRREY.
El Virrey era una encarnación suprema del Estado Español y tenia un complejo de atribuciones nunca igualadas hasta podérsele considerar como un alter ego de los monarcas; es decir el Virrey concentraba los poderes políticos, militares, económicos y jurídicos. Debido a la extensión del Virreynato del Perú existían organismos que ayudaban al Virrey en el gobierno; estas eran las audiencias y las capitanías generales.
Para Macera: el criterio que se consideraba, el Virreynato del Perú este dividía en:
1. Obispados, curatos (división eclesiástica).
2. Corregimientos, Intendencias (división política).
3. Audiencias (división administrativa judicial)
4. Distritos de los Cajas Reales (división fiscal).
Estas divisiones no siempre acercaban los mismos territorios, por ejemplo: la audiencia de Lima, comprendía un territorio mayor que el Arzobispado de Lima.
El poder de los Virreyes se veía limitado por la Real Audiencia y, por el juicio de residencia (que era el que se realizaba una vez terminadas las labores del Virrey: el cargo de Virrey no tenia un periodo determinado, al dejar el cargo, el Virrey podía ser sancionado a través del llamado Juicio de Residencia, que se tramitaba en la Audiencia y se elevaba al Consejo de Indias. En el se delimitaban las acusaciones que se formulaban al Virrey a raíz de se gobierno. La angustia que dicho juicio produciría en los Virreyes, los llevaba a ofrecer concesiones y permitir abusos, desde su entrada a Lima. El poder de los Oidores de la Real Audiencia, frenaba también, no pocas veces, la autoridad de los Virreyes, en algunos casos evitaba que cometiera abusos protegida de su investidura.
Al término de su mandato, el Virrey debía presentar a su sucesor una memoria de gobierno. Estas memorias han sido publicadas en gran parte, y han servido como fuentes para la historia colonial. No obstante, es de advertir que los cuadros no exponen las memorias de los Virreyes, por su carácter de documentos oficiales, son de franca justificación o exaltación de sus actos.
LA REAL AUDIENCIA.
Institución encargada de Administrar justicia, representaba tribunales superiores de justicia, además desempeñaba funciones políticas. Estuvo conformada por los Oidores (quien oían las quejas de los litigantes), un presidente (quien dirigía este Tribunal).
La Real Audiencia tuvo un contacto directo con el Consejo de Indias y actuaba en nombre del Rey; esta audiencia tenía su respectiva jurisdicción territorial, en algunos casos cuando el Virrey de este espacio geográfico moría, la Real Audiencia asumía el gobierno provisorio.
La Real Audiencia de Lima fue creada en 1543, posteriormente fueron creadas la de Santa Fe de Bogotá (1549), Quito (1563), Charcas (1559), Chile (1609), Buenos Aires (1661) y, luego de la rebelión de Túpac Amaru se creo la Audiencia de Cusco (1787, aunque esta no tuvo autonomía de gobierno).
La Real Audiencia de Lima llego a ser integrada por ocho oidores, por ser cabeza de Virreynato; a ella se sumaban Fiscales, Alcaldes de Crimen, Alguaciles Mayores, etc. Era organismo consultor del Virrey e intervenía en empresas de conquista de nuevos territorios, tanto como en asuntos hacendarios, y debía velar por el cumplimiento de las leyes que protegían a los indígenas.
CORREGIDORES.
Los corregidores fueron los encargados de administrar los territorios que se les habían asignado (corregimientos) y, de evangelizar a los indígenas que se encontraban dentro de este territorio (los indígenas vivían en las reducciones de indios).
Los corregimientos fueron creados durante el gobierno de Lope Garcia de Castro (1564 – 1569). Los corregimientos fueron circunscripciones territoriales.
La audiencia de Lima contaba con 52 corregimientos en 1780.
Los corregidores eran los encargados del cobro de tributos a los indígenas y, se les estaba permitido venderles mercadería a los indígenas, situación que provoco el abuso de los primeros ya que obligaban a los indígenas a trabajar para ellos, fijando precios exorbitantes a las mercancías y copiando a los jueces de residencia que llegaban a inspeccionar el corregimiento.
Ante estos abusos, en el siglo XVIII reformaron los corregimientos reemplazando en 1781 por las Intendencias.
LAS INTENDENCIAS.
En el año 1784 se eliminaron los corregimientos y se crearon las intendencias en el Virreyanato del Perú, como unidades administrativas más grandes y con mayor autoridad
El intendente era el encargado de la supervisión general en lo administrativo y económico, además de sus labores judiciales, estaban encargados del mantenimiento de la ley y el orden publico, y eran responsables del cobro de impuestos y tributos. Por ultimo, sus deberes militares abarcaban cuestiones de conscripción, abastecimiento y pago de tropas.
Estas intendencias se dividían en partidos, los cuales se hallaban a cargo de un sub delegado.
Las intendencias creadas en el Perú fueron ocho: Trujillo, Lima, Tarma, Huamanga, Huancavelica, Cusco, Arequipa y Puno.
LOS CABILDOS.
Conocidos también los Ayuntamientos, fueron creados para dirigir y velar por la buena marcha y conservación diaria de las ciudades. Los cabildos estaban formados por Regidores. Su número variaba entre seis y doce. Cada principio de año se elegían a dos alcaldes ordinarios: uno peninsular y el otro podía ser criollo. El peninsular era llamado Alcalde de Primer Voto. El cabildo funcionaba presidido por el corregidor, administrando justicia dentro del perímetro de la ciudad. Su misión era cuidar el aseo y buena conservación de la población, fijar el precio de las subsistencias, revisar las cárceles, las instituciones de caridad y cumplir con las festividades publicas del calendario. Se llamaban ALCALDES DE Hermandad a los encargados de vigilar el orden público y sancionar a los delincuentes de la época.
En circunstancias excepcionales se convocaban a cabildo abierto, reunión en donde los vecinos expresaban sus puntos de vista con toda libertad, este tipo de reuniones publicas tuvieron especial importancia durante los momentos de la conquista y de la Emancipación.
Los alcaldes y los regidores del cabildo eran nombrados por el monarca o designados por sus representantes, caso contrario; si la elección del alcalde había sido realizada en un ambiente cercano al democrático, se espera su confirmación… Las formas de nominación a los cargos ediles, variaron en general mucho, según las épocas y lugares, los puestos en el cabildo llegaron hasta ser vendidos y fueron de este modo acaparados por la oligarquía de entonces. El corregidor presidia el cabildo en las poblaciones principales.
LAS AUTORIDADES INDIGENAS.
Políticamente los españoles se aliaron con los indígenas nobles dándoles la designación de Caciques: esta palabra proviene de las Antillas y Centro América.
Los Caciques, fueron los encargados de cobrar los tributos a las comunidades indígenas y de hacer cumplir el trabajo personal a cada hatunruna en edad de realizar (los trabajos eran en las encomiendas y en las minas).
Los caciques gozaban de privilegios como el de asistir al colegio de príncipe en donde se les enseñaba la religión y buenas costumbres españolas.
Los Varayoc, eran los gobernadores y administradores de pueblos indígenas, el ancestro de los antiguos pobladores indígenas. No necesariamente estos varayoc eran personas pertenecientes a la nobleza, ya que ejercían solo funciones periódicas. Con ello se mantenía la tradicional, asimilando más bien la nueva cultura.
La enorme superficie que abarcaba el Virreinato del Perú dificultaba las tareas de gobierno, lo cual fue un poderoso motivo para la división del territorio o del virreinato del Perú , el cual se fue reduciendo en territorio y empezó un proceso de división del gran virreinato del Perú que dio origen al Virreinato de Nueva Granada y al Virreinato de Río de la Plata
Al establecerse la extensión territorial del Virreynato, el primer representante del Rey fue Blasco Núñez de Vela (nominada por real cedula del 1 de marzo de 1543). Después de el se sucedieron 39 virreyes, siendo el ultimo José de La Serna (quien regreso a Europa luego de la proclamación de la independencia del Perú en 1824).
En el virreinato del Perú, Lima fue el centro del poderío Español. En Lima estaba concentrado el poder: político, económico, militar, social y cultural. La organización Política del Gobierno Colonial se encontraba representada por:
1.- EL REY.
El rey de España tenía la facultad de legislar, llamar a la guerra, administrar justicia, acuñar moneda y dirigir la economía del estado. Ejercía el poder absoluto y fue la máxima autoridad y jefe absoluto del reino.
Para los españoles, el poder del Rey era un poder divino, de acuerdo a las doctrinas de San Pablo y a las declaraciones de las Cortes.
Durante el tiempo que el Perú fue colonia de España (desde 1532 hasta 1821), se había sucedido un cambio dinástico en la genealogía real española; la casa de los Habsburgo (austriaca) fue reemplazada por la de Borbón (francesa).
2.- ORGANISMOS CENTRALES.
EL CONSEJO DE INDIAS:
Creado en 1511 por Carlos VI, este consejo tenía jurisdicción sobre todos los asuntos coloniales.
A este consejo llegaban, para su aprobación las leyes y ordenanzas destinadas para los administradores del gobierno colonial en América.
El consejo de indias proponía ternas al rey, cuando se encontraba vacante un puesto administrativo o legislativo.
El consejo de indias cumplió también una función religiosa ya que se encargo de la cristianización de los indígenas, su conservación personal, y trato humano.
El consejo estaba conformado por: Un presidente, consejeros letrados y el cuerpo administrativo; además completaban esta organización; el cronista mayor (quien iba escribiendo la historia de las indias) y, el cosmógrafo (quien debía ser un catedrático universitario de matemáticas, este debía estudiar y señalar las rutas de navegación, precisar la geografía y los productos y costumbres que se sucedían en estos lugares).
Tanto el cronista mayor como el cosmógrafo entregaban anualmente los trabajos que redactaban.
LA CASA DE CONTRATACION DE SEVILLA.
Creada en 1503; sin embargo, quedo bajo la tutela del Consejo de Indias, a quien Carlos V le otorga mayor poder, limitándose solo a asuntos comerciales propiciando el monopolio exclusivo entre España y sus colonias.
Fue un órgano de gobierno especial para todos los asuntos relacionados con el comercio con las Indias y la organización de expediciones. Estaba subordinada al consejo de Indias. Sus atribuciones fueron:
Registrar todos los barcos, tripulantes y cargas que venían con destino a las indias.
Controlar el comercio establecido entre España y el Virreynato.
Fomentar el intercambio comercial y mercantil.
Vigilar la capacidad técnica de los pilotos.
Organizo las flotas y cobrar impuestos de avería y de aduanas.
3.- LA ADMINISTRACION LOCAL.
EL VIRREY.
El Virrey era una encarnación suprema del Estado Español y tenia un complejo de atribuciones nunca igualadas hasta podérsele considerar como un alter ego de los monarcas; es decir el Virrey concentraba los poderes políticos, militares, económicos y jurídicos. Debido a la extensión del Virreynato del Perú existían organismos que ayudaban al Virrey en el gobierno; estas eran las audiencias y las capitanías generales.
Para Macera: el criterio que se consideraba, el Virreynato del Perú este dividía en:
1. Obispados, curatos (división eclesiástica).
2. Corregimientos, Intendencias (división política).
3. Audiencias (división administrativa judicial)
4. Distritos de los Cajas Reales (división fiscal).
Estas divisiones no siempre acercaban los mismos territorios, por ejemplo: la audiencia de Lima, comprendía un territorio mayor que el Arzobispado de Lima.
El poder de los Virreyes se veía limitado por la Real Audiencia y, por el juicio de residencia (que era el que se realizaba una vez terminadas las labores del Virrey: el cargo de Virrey no tenia un periodo determinado, al dejar el cargo, el Virrey podía ser sancionado a través del llamado Juicio de Residencia, que se tramitaba en la Audiencia y se elevaba al Consejo de Indias. En el se delimitaban las acusaciones que se formulaban al Virrey a raíz de se gobierno. La angustia que dicho juicio produciría en los Virreyes, los llevaba a ofrecer concesiones y permitir abusos, desde su entrada a Lima. El poder de los Oidores de la Real Audiencia, frenaba también, no pocas veces, la autoridad de los Virreyes, en algunos casos evitaba que cometiera abusos protegida de su investidura.
Al término de su mandato, el Virrey debía presentar a su sucesor una memoria de gobierno. Estas memorias han sido publicadas en gran parte, y han servido como fuentes para la historia colonial. No obstante, es de advertir que los cuadros no exponen las memorias de los Virreyes, por su carácter de documentos oficiales, son de franca justificación o exaltación de sus actos.
LA REAL AUDIENCIA.
Institución encargada de Administrar justicia, representaba tribunales superiores de justicia, además desempeñaba funciones políticas. Estuvo conformada por los Oidores (quien oían las quejas de los litigantes), un presidente (quien dirigía este Tribunal).
La Real Audiencia tuvo un contacto directo con el Consejo de Indias y actuaba en nombre del Rey; esta audiencia tenía su respectiva jurisdicción territorial, en algunos casos cuando el Virrey de este espacio geográfico moría, la Real Audiencia asumía el gobierno provisorio.
La Real Audiencia de Lima fue creada en 1543, posteriormente fueron creadas la de Santa Fe de Bogotá (1549), Quito (1563), Charcas (1559), Chile (1609), Buenos Aires (1661) y, luego de la rebelión de Túpac Amaru se creo la Audiencia de Cusco (1787, aunque esta no tuvo autonomía de gobierno).
La Real Audiencia de Lima llego a ser integrada por ocho oidores, por ser cabeza de Virreynato; a ella se sumaban Fiscales, Alcaldes de Crimen, Alguaciles Mayores, etc. Era organismo consultor del Virrey e intervenía en empresas de conquista de nuevos territorios, tanto como en asuntos hacendarios, y debía velar por el cumplimiento de las leyes que protegían a los indígenas.
CORREGIDORES.
Los corregidores fueron los encargados de administrar los territorios que se les habían asignado (corregimientos) y, de evangelizar a los indígenas que se encontraban dentro de este territorio (los indígenas vivían en las reducciones de indios).
Los corregimientos fueron creados durante el gobierno de Lope Garcia de Castro (1564 – 1569). Los corregimientos fueron circunscripciones territoriales.
La audiencia de Lima contaba con 52 corregimientos en 1780.
Los corregidores eran los encargados del cobro de tributos a los indígenas y, se les estaba permitido venderles mercadería a los indígenas, situación que provoco el abuso de los primeros ya que obligaban a los indígenas a trabajar para ellos, fijando precios exorbitantes a las mercancías y copiando a los jueces de residencia que llegaban a inspeccionar el corregimiento.
Ante estos abusos, en el siglo XVIII reformaron los corregimientos reemplazando en 1781 por las Intendencias.
LAS INTENDENCIAS.
En el año 1784 se eliminaron los corregimientos y se crearon las intendencias en el Virreyanato del Perú, como unidades administrativas más grandes y con mayor autoridad
El intendente era el encargado de la supervisión general en lo administrativo y económico, además de sus labores judiciales, estaban encargados del mantenimiento de la ley y el orden publico, y eran responsables del cobro de impuestos y tributos. Por ultimo, sus deberes militares abarcaban cuestiones de conscripción, abastecimiento y pago de tropas.
Estas intendencias se dividían en partidos, los cuales se hallaban a cargo de un sub delegado.
Las intendencias creadas en el Perú fueron ocho: Trujillo, Lima, Tarma, Huamanga, Huancavelica, Cusco, Arequipa y Puno.
LOS CABILDOS.
Conocidos también los Ayuntamientos, fueron creados para dirigir y velar por la buena marcha y conservación diaria de las ciudades. Los cabildos estaban formados por Regidores. Su número variaba entre seis y doce. Cada principio de año se elegían a dos alcaldes ordinarios: uno peninsular y el otro podía ser criollo. El peninsular era llamado Alcalde de Primer Voto. El cabildo funcionaba presidido por el corregidor, administrando justicia dentro del perímetro de la ciudad. Su misión era cuidar el aseo y buena conservación de la población, fijar el precio de las subsistencias, revisar las cárceles, las instituciones de caridad y cumplir con las festividades publicas del calendario. Se llamaban ALCALDES DE Hermandad a los encargados de vigilar el orden público y sancionar a los delincuentes de la época.
En circunstancias excepcionales se convocaban a cabildo abierto, reunión en donde los vecinos expresaban sus puntos de vista con toda libertad, este tipo de reuniones publicas tuvieron especial importancia durante los momentos de la conquista y de la Emancipación.
Los alcaldes y los regidores del cabildo eran nombrados por el monarca o designados por sus representantes, caso contrario; si la elección del alcalde había sido realizada en un ambiente cercano al democrático, se espera su confirmación… Las formas de nominación a los cargos ediles, variaron en general mucho, según las épocas y lugares, los puestos en el cabildo llegaron hasta ser vendidos y fueron de este modo acaparados por la oligarquía de entonces. El corregidor presidia el cabildo en las poblaciones principales.
LAS AUTORIDADES INDIGENAS.
Políticamente los españoles se aliaron con los indígenas nobles dándoles la designación de Caciques: esta palabra proviene de las Antillas y Centro América.
Los Caciques, fueron los encargados de cobrar los tributos a las comunidades indígenas y de hacer cumplir el trabajo personal a cada hatunruna en edad de realizar (los trabajos eran en las encomiendas y en las minas).
Los caciques gozaban de privilegios como el de asistir al colegio de príncipe en donde se les enseñaba la religión y buenas costumbres españolas.
Los Varayoc, eran los gobernadores y administradores de pueblos indígenas, el ancestro de los antiguos pobladores indígenas. No necesariamente estos varayoc eran personas pertenecientes a la nobleza, ya que ejercían solo funciones periódicas. Con ello se mantenía la tradicional, asimilando más bien la nueva cultura.
La enorme superficie que abarcaba el Virreinato del Perú dificultaba las tareas de gobierno, lo cual fue un poderoso motivo para la división del territorio o del virreinato del Perú , el cual se fue reduciendo en territorio y empezó un proceso de división del gran virreinato del Perú que dio origen al Virreinato de Nueva Granada y al Virreinato de Río de la Plata
VIRREINATO DEL PERÚ
Este virreinato surgió en el siglo XVI, tras la conquista española del imperio inca que se extendía por parte de Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina y la mayor parte Perú.Y se creo para su organización o colonización de el "nuevo mundo" lo que es actualmente América. El virreinato se extendía por Perú, Ecuador, Bolivia , Colombia y parte de Argentina y Chile.
Fue creado en 1542 despues de su conquista ,con la participación de Francisco Pizarro, que conquisto cusco la ciudad principal de el imperio inca.
Incas después de la Conquista
Tras la llegada de los españoles, el Imperio Inca perdió la organización que lo caracterizó por años: las tropas fieles a Huáscar resistieron en Cusco y las tropas de Atahualpa se concentraron en el norte del Chinchaysuyo. Por razones de estrategia, los españoles decidieron instituir un "Inca" para atribuirle la capacidad de decisión sobre las tropas y pueblos a conquistar. Posteriormente la dinastía restante reivindicó autonomía y se confinó en Vilcabamba, lo que se conoce como el período de los Incas de Vilcabamba.
Túpac Hualpa "Toparpa" Inca (1533)- 2 meses septiembre y octubre Inca coronado por los españoles
Manco Inca (1535-1537) - Inca coronado por los españoles y (1537-1544) Inca de Vilcabamba
Paullu Inca (1537-1549) - Inca coronado por los españoles
Sayri Túpac Inca (1545-1558) - Inca de Vilcabamba
Titu Cusi Yupanqui Inca (1558-1571) - Inca de Vilcabamba
Túpac Amaru I Inca (1571-1572) - Inca de Vilcabamba
Túpac Amaru II Inca Rey del Perú (1780- 1781).
Fuente :Wikipedia
Túpac Hualpa "Toparpa" Inca (1533)- 2 meses septiembre y octubre Inca coronado por los españoles
Manco Inca (1535-1537) - Inca coronado por los españoles y (1537-1544) Inca de Vilcabamba
Paullu Inca (1537-1549) - Inca coronado por los españoles
Sayri Túpac Inca (1545-1558) - Inca de Vilcabamba
Titu Cusi Yupanqui Inca (1558-1571) - Inca de Vilcabamba
Túpac Amaru I Inca (1571-1572) - Inca de Vilcabamba
Túpac Amaru II Inca Rey del Perú (1780- 1781).
Fuente :Wikipedia
LA CIUDAD DE LOS REYES
El 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro procedió a fundar la ciudad
En el más central y extenso valle de la costa del Perú, bajo un cielo apacible y sereno, en las riberas del Rímac, a dos leguas del mar y cerca de un pueblo de indios, Francisco Pizarro, el famoso conquistador del imperio de los Incas, fundó, con doce de sus compañeros, el 18 de Enero de 1535, en nombre de la Santísima Trinidad, la población que no había podido establecer ni en Sangallán (Pisco) ni en Jauja, denominándola "Ciudad de los Reyes"; nombre que, si bien fue dado más por motivos religiosos que en homenaje a los soberanos de Castilla, hoy, contemplado a la distancia de largas centuias, parece como una revelación profética de la grandeza a que había de llegar el futuro virreinato.
Fuente:adonde.com
martes, 14 de diciembre de 2010
Carta de San Martín a Bolívar (1821)
Lima, 29 de agosto de 1821.
Excmo. señor Libertador de Colombia, Simón Bolívar.
Querido general:
Dije a usted en mi última del 23 del corriente que habiendo reasumido el mando Supremo de esta república, con el fin de separar de él al débil e inepto Torre-Tagle las atenciones que me rodeaban en el momento no me permitían escribirle con la atención que deseaba; ahora al verificarlo no sólo lo haré con la franqueza de mi carácter sino con la que exigen los altos intereses de la América.
Los resultados de nuestra entrevista no han sido los que me prometía para la pronta terminación de la guerra. Desgraciadamente yo estoy íntimamente convencido o que no ha creído sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes, con las fuerzas de mi mando, o que mi persona le es embarazosa.
Las razones que usted me expuso de que su delicadeza no le permitiría jamás mandarme, y que aun en el caso de que esta dificultad pudiese ser vencida estaba seguro que el Congreso de Colombia no autorizaría su separación del territorio de la república, permítame general, le diga no me han parecido plausibles. La primera se refuta por sí misma. En cuanto a la seguida estoy muy persuadido la menor manifestación suya al Congreso sería acogida con unánime aprobación cuando se trata de finalizar la lucha en que estamos empeñados con la cooperación de usted y la del ejército de su mando y que el honor de ponerle término refluirá tanto sobre usted como sobre la república que preside.
No se haga usted ilusiones, general. Las noticias que tiene de las fuerzas realistas son equivocadas: ellas montan en el Alto y Bajo Perú a más de 19.000 veteranos, que pueden reunirse en el espacio de dos meses.
El ejército patriota, diezmado por las enfermedades, no podrá poner en línea de batalla sino 8.500 hombres, y de éstos una gran parte reclutas. La división del general Santa Cruz cuyas bajas según me escribe este general no han sido reemplazadas a pesar de sus reclamaciones en su dilatada marcha por tierra, debe experimentar una pérdida considerable, y nada podrá emprender en la presente campaña. La división de 1.400 colombianos que usted envía será necesaria para mantener la guarnición del Callao y el orden en Lima.
Por consiguiente, sin el apoyo del ejército de su mando, la operación que se prepara por Puertos Intermedios no podrá conseguir las ventajas que debían esperarse, si fuerzas poderosas no llaman en la atención del enemigo por otra parte y así la lucha se prolongará por un tiempo indefinido. Digo indefinido porque estoy íntimamente convencido que sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la América es irrevocable; pero también lo estoy de que su prolongación causará la ruina de sus pueblos, y es un deber sagrado para los hombres a quienes están confiados sus destinos, evitar la continuación de tamaños males.
En fin, general; mi partido está irrevocablemente tomado. Para el 20 del mes entrante he convocado el primer congreso del Perú y al día siguiente de su instalación me embarcaré para Chile convencido de que mi presencia es el solo obstáculo que le impide a usted venir al Perú con el ejército de su mando.
Para mí hubiese sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia bajo las órdenes de un general a quien América debe su libertad. El destino lo dispone de otro modo y es preciso conformarse.
No dudando que después de mi salida del Perú el gobierno que se establezca reclamará la activa cooperación de Colombia y que usted no podrá negarse a tan justa exigencia, remitiré a usted una nota de todos los jefes cuya conducta militar y privada pueda ser a usted de alguna utilidad su conocimiento.
El general Arenales quedará encargado del mando de las fuerzas argentinas. Su honradez, coraje y conocimiento, estoy seguro lo harán acreedor a que usted le dispense toda consideración.
Nada diré a usted sobre la reunión de Guayaquil a la república de Colombia. Permítame, general, que le diga que creí no era a nosotros a quienes correspondía decidir este importante asunto. Concluida la guerra los gobiernos respectivos lo hubieran transado sin los inconvenientes que en el día pueden resultar a los intereses de los nuevos estados de Sud América.
He hablado a usted, general, con franqueza, pero los sentimientos que expresa esta carta quedarán sepultados en el más profundo silencio; si llegasen a traslucirse, los enemigos de nuestra libertad podrían prevalecerse para perjudicarla, y los intrigantes y ambiciosos para soplar la discordia.
Con el comandante Delgado, dador de ésta, remito a usted una escopeta y un par de pistolas juntamente con el caballo de paso que le ofrecí en Guayaquil. Admita usted, general, esta memoria del primero de sus admiradores.
Con estos sentimientos y con los de desearle únicamente sea usted quien tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sud, se repite su afectísimo servidor.
JOSÉ DE SAN MARTÍN
Excmo. señor Libertador de Colombia, Simón Bolívar.
Querido general:
Dije a usted en mi última del 23 del corriente que habiendo reasumido el mando Supremo de esta república, con el fin de separar de él al débil e inepto Torre-Tagle las atenciones que me rodeaban en el momento no me permitían escribirle con la atención que deseaba; ahora al verificarlo no sólo lo haré con la franqueza de mi carácter sino con la que exigen los altos intereses de la América.
Los resultados de nuestra entrevista no han sido los que me prometía para la pronta terminación de la guerra. Desgraciadamente yo estoy íntimamente convencido o que no ha creído sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes, con las fuerzas de mi mando, o que mi persona le es embarazosa.
Las razones que usted me expuso de que su delicadeza no le permitiría jamás mandarme, y que aun en el caso de que esta dificultad pudiese ser vencida estaba seguro que el Congreso de Colombia no autorizaría su separación del territorio de la república, permítame general, le diga no me han parecido plausibles. La primera se refuta por sí misma. En cuanto a la seguida estoy muy persuadido la menor manifestación suya al Congreso sería acogida con unánime aprobación cuando se trata de finalizar la lucha en que estamos empeñados con la cooperación de usted y la del ejército de su mando y que el honor de ponerle término refluirá tanto sobre usted como sobre la república que preside.
No se haga usted ilusiones, general. Las noticias que tiene de las fuerzas realistas son equivocadas: ellas montan en el Alto y Bajo Perú a más de 19.000 veteranos, que pueden reunirse en el espacio de dos meses.
El ejército patriota, diezmado por las enfermedades, no podrá poner en línea de batalla sino 8.500 hombres, y de éstos una gran parte reclutas. La división del general Santa Cruz cuyas bajas según me escribe este general no han sido reemplazadas a pesar de sus reclamaciones en su dilatada marcha por tierra, debe experimentar una pérdida considerable, y nada podrá emprender en la presente campaña. La división de 1.400 colombianos que usted envía será necesaria para mantener la guarnición del Callao y el orden en Lima.
Por consiguiente, sin el apoyo del ejército de su mando, la operación que se prepara por Puertos Intermedios no podrá conseguir las ventajas que debían esperarse, si fuerzas poderosas no llaman en la atención del enemigo por otra parte y así la lucha se prolongará por un tiempo indefinido. Digo indefinido porque estoy íntimamente convencido que sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la América es irrevocable; pero también lo estoy de que su prolongación causará la ruina de sus pueblos, y es un deber sagrado para los hombres a quienes están confiados sus destinos, evitar la continuación de tamaños males.
En fin, general; mi partido está irrevocablemente tomado. Para el 20 del mes entrante he convocado el primer congreso del Perú y al día siguiente de su instalación me embarcaré para Chile convencido de que mi presencia es el solo obstáculo que le impide a usted venir al Perú con el ejército de su mando.
Para mí hubiese sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia bajo las órdenes de un general a quien América debe su libertad. El destino lo dispone de otro modo y es preciso conformarse.
No dudando que después de mi salida del Perú el gobierno que se establezca reclamará la activa cooperación de Colombia y que usted no podrá negarse a tan justa exigencia, remitiré a usted una nota de todos los jefes cuya conducta militar y privada pueda ser a usted de alguna utilidad su conocimiento.
El general Arenales quedará encargado del mando de las fuerzas argentinas. Su honradez, coraje y conocimiento, estoy seguro lo harán acreedor a que usted le dispense toda consideración.
Nada diré a usted sobre la reunión de Guayaquil a la república de Colombia. Permítame, general, que le diga que creí no era a nosotros a quienes correspondía decidir este importante asunto. Concluida la guerra los gobiernos respectivos lo hubieran transado sin los inconvenientes que en el día pueden resultar a los intereses de los nuevos estados de Sud América.
He hablado a usted, general, con franqueza, pero los sentimientos que expresa esta carta quedarán sepultados en el más profundo silencio; si llegasen a traslucirse, los enemigos de nuestra libertad podrían prevalecerse para perjudicarla, y los intrigantes y ambiciosos para soplar la discordia.
Con el comandante Delgado, dador de ésta, remito a usted una escopeta y un par de pistolas juntamente con el caballo de paso que le ofrecí en Guayaquil. Admita usted, general, esta memoria del primero de sus admiradores.
Con estos sentimientos y con los de desearle únicamente sea usted quien tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sud, se repite su afectísimo servidor.
JOSÉ DE SAN MARTÍN
Carta de Bolívar a San Martín.
Señor General Don José de San Martín. Protector del Perú.
Es de suma satisfacción, dignisimo amigo y señor, que doy a usted por primera vez el titulo que mucho tiempo ha mi corazón le ha consagrado. Amigo le llamo a usted y este nombre será el solo que debe quedarnos por la vida, porque la amistad es el único vinculo que corresponde a los hermanos de armas, de empresas y de opinion; asi, yo me doy la enhorabuena, porque usted me ha honrado con la expresión de su afecto.
Tan sensíble me será que usted no venga hasta esta ciudad como si fueremos vencidos en muchas batallas; pero no, usted no dejara burlada el ansia que tengo de estrechar en el suelo de Colombia al primer amigo de mi corazon y de mi patria. ¿ Como es posible que usted venga de tan lejos, para dejarnos sin la posesion positiva en Guayaquil del hombre tan singular que todos anhelan conocer y, si es posible, tocar?
No es posible respetable amigo; yo espero a usted, y tambien iré a encontrarle donde quiera que usted tenga la bondad de esperarme; pero sin desistir de que usted nos honre en esta ciudad. Pocas horas, como usted dice, son bastantes para tratar entre militares, pero no seran bastantes esas mismas horas para satisfacer la pasion de la amistad que va a empezar a disfrutar de la dicha de conocer el objeto caro que se amaba solo por opinion, solo por fama.
Reitero a usted mis sentimientos más francos con que voy con que soy de usted su mas apasionado, afectisimo servidor y amigo. BOLÍVAR.
Reproducida en el Archivo de San Martín, IX, 202, con errores de copia.
Sacada de mi parte en:
Obras Completas de Simón Bolívar, Tomo II, numero del documento 582.
Es de suma satisfacción, dignisimo amigo y señor, que doy a usted por primera vez el titulo que mucho tiempo ha mi corazón le ha consagrado. Amigo le llamo a usted y este nombre será el solo que debe quedarnos por la vida, porque la amistad es el único vinculo que corresponde a los hermanos de armas, de empresas y de opinion; asi, yo me doy la enhorabuena, porque usted me ha honrado con la expresión de su afecto.
Tan sensíble me será que usted no venga hasta esta ciudad como si fueremos vencidos en muchas batallas; pero no, usted no dejara burlada el ansia que tengo de estrechar en el suelo de Colombia al primer amigo de mi corazon y de mi patria. ¿ Como es posible que usted venga de tan lejos, para dejarnos sin la posesion positiva en Guayaquil del hombre tan singular que todos anhelan conocer y, si es posible, tocar?
No es posible respetable amigo; yo espero a usted, y tambien iré a encontrarle donde quiera que usted tenga la bondad de esperarme; pero sin desistir de que usted nos honre en esta ciudad. Pocas horas, como usted dice, son bastantes para tratar entre militares, pero no seran bastantes esas mismas horas para satisfacer la pasion de la amistad que va a empezar a disfrutar de la dicha de conocer el objeto caro que se amaba solo por opinion, solo por fama.
Reitero a usted mis sentimientos más francos con que voy con que soy de usted su mas apasionado, afectisimo servidor y amigo. BOLÍVAR.
Reproducida en el Archivo de San Martín, IX, 202, con errores de copia.
Sacada de mi parte en:
Obras Completas de Simón Bolívar, Tomo II, numero del documento 582.
Batalla de Ayacucho
La batalla de Ayacucho, fue el último enfrentamiento armado que sostuvieron los ejércitos españoles y patriotas, en el largo camino hacia la independencia del Perú, que se inició con el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas de la provincia de Pisco en el departamento de Ica (Perú) y las Conferencias de Miraflores en 1820, proclamada el 28 de julio de 1821 y luego de la batalla de Junín en 1824.
La batalla se desarrolló en la Pampa de la Quinua en el departamento de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824; la victoria de los independentistas, selló la independencia del Perú y de América del Sur.
Fue la batalla más decisiva para la independencia del Perú y de Sur América en general , muchas personas de diferentes países de Sur América tomaron parte en esta gran batalla decisiva para vencer al virreinato del Perú, la ultima colonia española en Sur América , muchos miles de hombres se encontrarían en aquella batalla ,que después de una sangrienta lucha terminaría con victoria peruana y con la creación de la Republica del Perú .
José de la Serna capitulo ante el Ejercito Unido Libertador del Perú y así acababa la ultima colonia española en Sur América y el nacimiento de nuevas repúblicas libres e independientes
Personajes de la independencia del Perú
- José Fernando Abascal y Sousa - Juan Antonio Álvarez de Arenales - José Baquíjano y Carrillo - Manuel Belgrano - Simón Bolívar - José Canterac - Tomás A. Cochrane - Francisco Xavier de Luna Pizarro - José de la Mar - Mariano Melgar - Guillermo Miller - Bernardo de Monteagudo - Joaquín de la Pezuela - Rafael de Riego - José de la Riva Agüero - José Ramón Rodil - Toribio Rodríguez de Mendoza - José de San Martín - José Faustino Sánchez Carrión - José de la Serna - Antonio José de Sucre - José Bernardo de Tagle y Portocarrero - José Hipólito Unanue y Pavón - Manuel Lorenzo de Vidaurre y Encalada - Juan Pablo Viscardo y Guzmán - Francisco Antonio de Zela.
Todos estos personajes son importantes porque fueron los personajes más importantes en el proceso de la independencia del Perú .
Todos estos personajes son importantes porque fueron los personajes más importantes en el proceso de la independencia del Perú .
jueves, 9 de diciembre de 2010
El Imperio Español y las Colonias Americanas
Durante el siglo XVI los españoles crearon el Imperio mas grande jamás conocido y exploraron la práctica totalidad del continente americano y el pacífico austral,descubriendo las montañas rocosas,los apalaches y los andes;las islas Filipinas,las Hawai,las Salomón,las Marianas,Nueva Guinea...;la selva amazónica y el desierto de Sonora;los ríos Amazonas,Mississippi,río de la Plata,Paraná...etc
La principal actividad económica de las colonias españolas en los siglos XVI y XVII es la minería, con importantes centros en todo el continente. Destacan, por encima de todos, los de Zacatecas, Guanajuato y Taxco, en Nueva España, y las minas de Huancavélica y Potosí, en América del Sur. La artesanía es otra actividad de gran desarrollo. En el Caribe el principal centro manufacturero es La Habana. En Nueva España, destacan Querétaro, México, Puebla y Guatemala. Por último, en América del Sur, resaltan las producciones de Tunja, Quito, Guayaquil, Lima, Tucumán, Córdoba y Santiago. Al abrigo de esta actividad, surgen rutas terrestres que comunican las principales ciudades. De Santa Fe, un camino recorre toda Nueva España de norte a sur. En Panamá, una carretera atraviesa el continente enlazando el Atlántico con el Pacífico. Otras importantes rutas comunican Cartagena con Quito, Loja con Piura y Jauja con el gran puerto de El Callao. Por último, una red de caminos enlaza a ciudades como La Paz, Valparaíso, Buenos Aires y Asunción. Las rutas incas son aprovechadas por los españoles. Las mercancías españolas parten de Sevilla hacia el Caribe siguiendo una misma línea que después se divide en dos ramas: una, hacia Veracruz, otra, hacia Cartagena y Portobelo, desde donde enlazan por tierra con Panamá. De esta ciudad parten, de nuevo por mar, hacia El Callao, en Perú, siendo llevadas después hacia Valparaíso y Potosí. El puerto de El Callao, en América del Sur, y el de Acapulco, en Nueva España, son los más importantes del Pacífico, y están enlazados directamente mediante un sistema de flotas. Las flotas y galeones que se dirigen a España salen siempre de La Habana.
Presidentes del Perú
Todos los gobernantes del Perú desde 1821 hasta la actualidad. Durante toda la época republicana el Perú ha tenido Presidentes, Protectores, Dictadores, Jefes de Juntas de Gobierno, Presidentes Interinos.
1821-1822
Don José de San Martín (Supremo Protector)
1822-1823
José de La Mar (Junta de Gobierno)
1822-1823
Manuel Salazar y Baquijano (Junta de Gobierno)
1823
José de la Riva Agüero (Primer Presidente)
1823-1824
José Bernardo de Torre Tagle (Segundo Presidente)
1824-1826
Simón Bolívar (Libertador del Perú)
1826-1827
Andrés de Santa Cruz (Nacido en Bolivia)
1827
Manuel Salazar y Baquijano (Interino)
1827-1829
José de La Mar
1829-1833
Agustín Gamarra
1834
Pedro Pablo Bermúdez
1833-1835
Luis José de Orbegoso
1835-1836
Felipe Santiago Salaverry
1836-1837
Andrés de Santa Cruz (Confederación Perú-boliviana)
1838-1841
Agustín Gamarra
1841-1842
Manuel Menéndez (Presidente Interino)
1842-1843
Juan Crisóstomo Torrico
1842-1843
Francisco Vidal
1843-1844
Domingo Elias
1843-1844
Domingo Nieto
1844
Justo Figuerola
1844
Manuel Ignacio de Vivanco
1844
Ramón Castilla
1844-1845
Manuel Menéndez (Presidente Interino)
1845-1851
Ramón Castilla
1851-1855
José Rufino Echenique
1855-1862
Ramón Castilla
1862-1863
Miguel de San Román
1863
Ramón Castilla
1863
Pedro Diez Canseco (Presidente interino)
1863-1865
Juan Antonio Pezet
1863
Pedro Diez Canseco (Presidente interino)
1865-1868
Mariano Ignacio Prado
1868
Pedro Diez Canseco (Presidente interino)
1868-1872
José Balta
1872
Mariano Herencia Zevallos
1872-1876
Manuel Pardo
1876-1879
Mariano Ignacio Prado
1879
Luis La Puerta
1879-1881
Nicolás de Piérola
1881
Francisco García Calderón
1881-1883
Lizardo Montero
1883-1885
Miguel Iglesias
1885-1886
Antonio Arenas
1886-1890
Andrés A. Cáceres
1890-1894
Remigio Morales Bermúdez
1894
Justiniano Borgoño
1894-1895
Andrés A. Cáceres
1895
Manuel Candamo
1895-1899
Nicolás de Piérola
1899-1903
Eduardo López de Romaña
1903-1904
Manuel Candamo
1904
Serapio Calderón
1904-1908
José Pardo y Barreda
1908-1912
Augusto B. Leguía
1912-1914
Guillermo Billinghurst
1914-1915
Óscar R. Benavides
1915-1919
José Pardo y Barreda
1919-1930
Augusto B. Leguía
1930-1931
Luis Miguel Sánchez Cerro
1931
David Samanez Ocampo
1931-1933
Luis Miguel Sánchez Cerro
1933-1939
Óscar R. Benavides
1939-1945
Manuel Prado Ugarteche
1945-1948
José Bustamante y Rivero
1948-1956
Manuel A. Odria
1956-1962
Manuel Prado Ugarteche
1962-1963
Ricardo Pérez Godoy
1962-1963
Nicolás Lindley
1963-1968
Fernando Belaunde Terry
1968-1975
Juan Velasco Alvarado
1975-1980
Francisco Morales Bermúdez
1980-1985
Fernando Belaunde Terry
1985-1990
Alan García Pérez
1990-2000
Alberto Fujimori Fujimori
2000-2001
Valentín Paniagua Corazao
2001-2006
Alejandro Toledo Manrique
2006-2011
Alan García Pérez
1821-1822
Don José de San Martín (Supremo Protector)
1822-1823
José de La Mar (Junta de Gobierno)
1822-1823
Manuel Salazar y Baquijano (Junta de Gobierno)
1823
José de la Riva Agüero (Primer Presidente)
1823-1824
José Bernardo de Torre Tagle (Segundo Presidente)
1824-1826
Simón Bolívar (Libertador del Perú)
1826-1827
Andrés de Santa Cruz (Nacido en Bolivia)
1827
Manuel Salazar y Baquijano (Interino)
1827-1829
José de La Mar
1829-1833
Agustín Gamarra
1834
Pedro Pablo Bermúdez
1833-1835
Luis José de Orbegoso
1835-1836
Felipe Santiago Salaverry
1836-1837
Andrés de Santa Cruz (Confederación Perú-boliviana)
1838-1841
Agustín Gamarra
1841-1842
Manuel Menéndez (Presidente Interino)
1842-1843
Juan Crisóstomo Torrico
1842-1843
Francisco Vidal
1843-1844
Domingo Elias
1843-1844
Domingo Nieto
1844
Justo Figuerola
1844
Manuel Ignacio de Vivanco
1844
Ramón Castilla
1844-1845
Manuel Menéndez (Presidente Interino)
1845-1851
Ramón Castilla
1851-1855
José Rufino Echenique
1855-1862
Ramón Castilla
1862-1863
Miguel de San Román
1863
Ramón Castilla
1863
Pedro Diez Canseco (Presidente interino)
1863-1865
Juan Antonio Pezet
1863
Pedro Diez Canseco (Presidente interino)
1865-1868
Mariano Ignacio Prado
1868
Pedro Diez Canseco (Presidente interino)
1868-1872
José Balta
1872
Mariano Herencia Zevallos
1872-1876
Manuel Pardo
1876-1879
Mariano Ignacio Prado
1879
Luis La Puerta
1879-1881
Nicolás de Piérola
1881
Francisco García Calderón
1881-1883
Lizardo Montero
1883-1885
Miguel Iglesias
1885-1886
Antonio Arenas
1886-1890
Andrés A. Cáceres
1890-1894
Remigio Morales Bermúdez
1894
Justiniano Borgoño
1894-1895
Andrés A. Cáceres
1895
Manuel Candamo
1895-1899
Nicolás de Piérola
1899-1903
Eduardo López de Romaña
1903-1904
Manuel Candamo
1904
Serapio Calderón
1904-1908
José Pardo y Barreda
1908-1912
Augusto B. Leguía
1912-1914
Guillermo Billinghurst
1914-1915
Óscar R. Benavides
1915-1919
José Pardo y Barreda
1919-1930
Augusto B. Leguía
1930-1931
Luis Miguel Sánchez Cerro
1931
David Samanez Ocampo
1931-1933
Luis Miguel Sánchez Cerro
1933-1939
Óscar R. Benavides
1939-1945
Manuel Prado Ugarteche
1945-1948
José Bustamante y Rivero
1948-1956
Manuel A. Odria
1956-1962
Manuel Prado Ugarteche
1962-1963
Ricardo Pérez Godoy
1962-1963
Nicolás Lindley
1963-1968
Fernando Belaunde Terry
1968-1975
Juan Velasco Alvarado
1975-1980
Francisco Morales Bermúdez
1980-1985
Fernando Belaunde Terry
1985-1990
Alan García Pérez
1990-2000
Alberto Fujimori Fujimori
2000-2001
Valentín Paniagua Corazao
2001-2006
Alejandro Toledo Manrique
2006-2011
Alan García Pérez
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