MIGUEL ÁNGEL CRIADO (EL HUFFINGTON POST)  |  Publicado:   |  Actualizado: 06/05/2014 18:25 CEST
Mucho antes de que se levantaran las intrigantes figuras de Nazca en los desiertos del sur de Perú, otra cultura ya dibujaba con piedras líneas que señalaban al solsticio de junio. En la misma zona famosa por esos geoglifos que se pueden ver desde el espacio, un grupo de investigadores ha descubierto una serie de marcas igual de misteriosas y dibujadas en la tierra mucho antes.
Los investigadores, un equipo formado por arqueólogos estadounidenses y peruanos, centraron sus excavaciones en el valle de Chincha, 200 kilómetros al sur de Lima. La zona fue el centro de la cultura Paracas, previa a la de Nazca, y que tuvo su apogeo entre el 800 y el 100 antes de la Era Común. Durante tres años han estado excavando en una zona de unos 30 Km2 hasta encontrar todo un tesoro arqueológico formado por simples piedras.
lineas de nazcaEn esta foto, un punto marcando el atardecer del Sol durante el solsticio
Hallaron 71 líneas hechas con piedras de diferente tono que el terreno y otras 353 marcas como mojones, círculos y otras figuras rectangulares que no fueron construidas al azar ni de forma caprichosa. Entre todas tejen una red que conecta varios montículos que, como de puestos de observación, permitían ver algo más que el paisaje. Siguiendo las líneas con la mirada, los arqueólogos pudieron ver en junio de 2012 y el de 2013, en el solsticio de junio, el Sol se ponía entre varios pares de líneas casi con una precisión matemática.
“Las líneas Chincha son similares en estilo de construcción a las de Nazca. Sin embargo, aquí no hay figuras de animales como en ésta. Casi todos los geoglifos de Chincha son lineales”, explica en un correo el arqueólogo de la Universidad de California Los Ángeles y director de las excavaciones, Charles Stanish.
Las hileras de piedra de varios kilómetros, algunas incompletas por el paso destructor de sucesivas civilizaciones, también son diferentes a las de Nazca porque tejen conectan entre sí varias construcciones que los investigadores creen que debían tener alguna función ceremonial, según explican en su estudio, publicado en PNAS.
“Los geoglifos eran parte de un gran paisaje teatral diseñado para recibir a las comunidades que lo visitaban”, sostiene Stanish. “Algunas líneas marcaban los solsticios y posiblemente otros fenómenos como los equinoccios. Otras eran como caminos a algunos complejos piramidales y algunas conectaban diferentes zonas de la pampa”, añade.
Para confirmar sus cálculos, los científicos usaron observaciones desde el aire y la posición por GPS de todo el entramado. Y para determinar su fecha ,y que son anteriores al Patrimonio de la Humanidad que son las líneas de Nazca, recurrieron al técnica de datación del carbono 14. Tomaron muestras de restos vegetales, en especial maíz y cañaveras, del mismo estrato de las construcciones que conectaban las líneas y comprobaron que algunas debieron ser tendidas hace 2.300 años, al menos tres siglos antes que las de Nazca.
Por la fecha, sus constructores debieron pertenecer a la cultura Paracas, que desapareció misteriosamente casi al empezar la era presente y que, muchos consideran, precedió a la de Nazca. Aquella fue una sociedad agraria sin una casta sacerdotal como la que tendrían después los Incas y sin una estructura que asemejara un estado. Esto hace aún más intrigante quién y para qué dibujó esas líneas sobre la tierra.
“Lo que pensamos es que las comunidades, a través de un liderazgo basado en el parentesco, construyeron estas áreas ceremoniales de una forma similar a lo que encontramos en las ferias medievales de Europa y Asia. Fueron creadas para atraer y acoger a otras comunidades de las tierras altas en elaboradas ceremonias que incluían el intercambio económico y la competencia política”, explica el arqueólogo estadounidense.
En cuanto a su misteriosa función astronómica, Stanish recuerda que muchos siglos después, los incas usaban torres para marcar el solsticio. “Creemos que la gente en Chincha marcaba los períodos de tiempo para sus fiestas y ferias. En vez de torres, utilizaban líneas y montículos”.